Elecciones municipales

Los votos a Vox «entregan» al PSOE las alcaldías de León, Segovia y Valladolid

Los populares podrían haber gobernado las tres capitales con el beneplácito de Cs sin el «desvío» de apoyos al partido de Abascal

El candidato de Vox a presidir la Junta, Jesús García-Conde, durante la campaña electoral ICAL

La repetida advertencia lanzada por el Partido Popular en campaña sobre el efecto que en sus resultados podría suponer la irrupción de Vox estaba más que justificada. Si a nivel autonómico los votos recibidos por los de Santiago Abascal facilitaron que por primera vez en 32 años los socialistas se convirtieran en la fuerza más respaldada en la Comunidad, en las municipales los populares no podrán gobernar en tres capitales de peso como León, Valladolid y Segovia en buena parte por la fragmentación de ese voto de la derecha que en estos y otros caso ha hecho que miles de votos de Vox vayan directamente a la basura sin traducirse en ningún representante en los diferentes ayuntamientos.

Hay 1.300 sufragios segovianos y 3.000 leoneses que se quedan sin representación

Es lo que ha sucedido -si la Junta Electoral Central no lo impide- en la ciudad del Bernesga. El candidato del PSOE en León, José Antonio Diez, ya se frota las manos y acaricia la Alcaldía tras prosperar al menos inicialmente sus dos recursos que le han servido tanto para sumar unos cuantos votos más de los que se le asignó inicialmente y para conseguir que el partido más a la derecha del panorama político pierda los dos ediles de los que presumía el pasado domingo y que sus más de 3.000 votos -descontada ya la rebaja por los errores subsanados en el recuento- no sirvan para nada. Sí le hubiera venido de maravilla al PP de Antonio Silván. Los populares no sólo hubieran ganado con esos votos -perdidos en favor de Vox - las elecciones en la ciudad, si no que estaría ya ultimando posiblemente un acuerdo con Ciudadanos para gobernar León los cuatro próximos años.

Muy similar es la situación que se dio en la capital del Acueducto. La actual alcaldesa en funciones, la socialista Clara Luquero, ganó por apenas 500 votos los comicios al Partido Popular y tiene prácticamente garantizado la renovación de su mandato con el apoyo de IU -pese a las tensiones que mantienen- y de Podemos. Mientras, Vox sumó 1.290 votos que no supusieron por muy poco el mínimo del cinco por ciento de electores necesario para poder lograr algún edil. Esos sufragios eran los que necesita el joven candidato del PP, Pablo Pérez, para superar a la veterana regidora tanto en votos como en ediles (los populares tendrían diez y los socialistas nueve, al contrario que ahora) como para llegar a algún pacto para formalizar el cambio de color en la Alcaldía.

Regidor gracias al «enemigo»

Mientras, la ciudad más habitada de Castilla y León ha visto como su alcaldía se decidía por un puñado de votos y su regidor en funciones, Óscar Puente, se ha aprovechado de sus «enemigos» de la «ultraderecha» para poder mantener el bastón de mando. Si los más 10.000 votos recogidos por Vox hubieran ido a parar a su destino «natural» antes de la irrupción de la formación nacionalista, Pilar del Olmo habría debutado como candidata con un triunfo electoral y con todas las «papeletas» para llegar a una entente cordial con Cs para gobernar.

En el resto de capitales, en cambio, las consecuencias del apoyo a Vox apenas si hubiera cambiado algo salvo en Palencia, donde el PP habría sido la fuerza más votada y tendría más fuerza «moral» para animar a Cs a sellar un pacto para gobernar.

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