Luz verde al ‘Valladolid Central’ entre críticas de oposición y comerciantes

Se veta el acceso al centro a vehículos sin etiqueta ambiental desde mediados de 2023

El alcalde Óscar Puente, ayer durante el pleno ICAL

J. Ayuso Santamaría

Valladolid da un paso más para aislar su ‘almendra central’ de las emisiones de gases contaminantes y de efecto invernadero. Ayer, el Pleno del Ayuntamiento aprobó el Plan de Mejora de la Calidad del Aire, en el que se incluye la Zona Baja de Emisiones (ZBE). Esta medida está muy lejos de aceptarse con unanimidad ya que salió adelante gracias a los socios de Gobierno, PSOE y Valladolid Toma la Palabra, frente a Partido Popular, Ciudadanos y Vox; 14 a favor, 13 en contra. Es precisamente la ZBE el aspecto que más fricción generó copando prácticamente todo el pleno.

Sin embargo, las críticas a este plan arrecian dentro y fuera del Ayuntamiento. En la calle, para los comerciantes y empresarios la medida no es buena. Por parte de la patronal, CEOE Valladolid, acusó la falta de consenso con los agentes económicos y sociales y reclamó un proyecto que limite la incidencia en la economía. En el caso de los comerciantes, Fecosva y Avadeco, indicaron que la ZBE será «la puntilla para muchos establecimientos» al hacer que se reduzca la afluencia al centro. Además, piden un modelo como el de Sevilla en el que las restricciones solo se realizan con contaminación alta.

Y es que este programa incluye una limitación a la movilidad dentro del centro de la capital del Pisuerga. Su introducción está prevista de forma escalonada, con el segundo semestre de 2023 como fecha de inicio y 2030 como cierre. El primer objeto de restricción serán todos aquellos vehículos sin distintivos cero, eco, C y B. El siguiente paso se dará en enero de 2050 cuando los que tienen la pegatina B quedarán vetados. Mientras que dentro de ocho años solo podrán circular los vehículos cero o eco.

La zona abarca 3,1 kilómetros cuadrados, aumentando de los 1,4 que se propuso inicialmente. Los sí que podrán acceder con sus vehículos, sin tener en cuenta la etiqueta, serán los residentes, al igual que aquellas personas con garaje o que vayan a aparcar. Lo que se busca con esta restricción, como reiteró la concejala de Medio Ambiente, María Sánchez, es sacar a aquellos coches que pasan por el centro para ir a otro punto.

De cara al futuro, según los datos de los estudios expuestos por Sánchez, para el año 2030 se espera una fuerte bajada para los gases de efecto invernadero y de contaminantes entre el 3 y el 5%. Esto fue reprochado por el concejal de Vox, Javier García-Bartolomé, quién aseveró que en este informe se reconoce que «la ciudad no tiene problema de contaminación». Asimismo, acusó al equipo de Gobierno de no tener en cuenta la salud de los ciudadanos con la medida y que se está creando un «problema artificial».

Al apartado de críticas también se sumó el Partido Popular. En la misma línea que Vox, la portavoz, Pilar del Olmo aseguró que la zona se hace por «cuestión ideológica» y que se pretende «dar solución a un problema inexistente que afectará a los propietarios de coches de más de 20 años, muchos de ellos con «rentas bajas y medias». También, PP y Cs afearon no haber tenido en cuenta a asociaciones de empresarios.

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