José Gabriel Antuñano - El callejón del gato

Reválida y banderillas

«La Junta ha optado por realizar las pruebas pero sin la evaluación externa prevista por la Ley, lo que desvirtúa la objetividad»

José Gabriel Antuñano
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Cada semana un revuelo, la pasada sobre la reválida de los alumnos de sexto de Primaria, prevista por la Lomce y que, casi con toda probabilidad, se suprimirá en la siguiente legislatura cuando se derogue esta Ley para elaborar la enésima de Educación que impondrá el nuevo gobierno. En las críticas al sistema educativo existen varios puntos de coincidencia y uno de ellos es la falta de conocimientos de los alumnos que acceden a la universidad, y los escasos hábitos de esfuerzo que adquieren en la enseñanza primaria y secundaria. Los controles previstos por la Lomce prevén detectar carencias formativas, establecer comparativas entre conocimientos y poder adquisitivo de las familias, y proponer planes de refuerzo para los alumnos y de mejora para los centros.

Este apartado parece sensato (hay otros más discutibles), pero las CC.AA. han reaccionado ante la ejecución de las reválidas entre la sublevación y la disidencia, según el color político que tiñe la educación.

La Junta ha optado, una vez más por la segunda de las opciones (lo que en Moncloa se conocen como ocurrencias picajosas de Castilla y León); es decir, realizar las pruebas pero sin la evaluación externa prevista por la Ley, lo que desvirtúa la objetividad, no por falta de profesionalidad de los correctores (profesores de los propios centros), sino por no contrastar metodologías educativas al carecer de elementos de valoración externa. Así la reválida es otro par de banderillas en los lomos de un ministro del Gobierno del PP al que, previsiblemente, Herrera premiará con el número uno en Palencia. Son las paradojas políticas y más ¿Herrera pedirá el voto para Méndez Vigo, que llevará los palitroques de la devaluación de la reválida en todo lo alto?

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