León: Huellas de una forma de vida

Rosa Álvarez

30/04/2022
Actualizado a las 01:49h.

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Desde la Montaña Oriental al Bierzo, la provincia leonesa atesora un importante patrimonio industrial vinculado a la minería, la siderurgia y el ferrocarril. Todo ello ha dejado una profunda huella en su historia que la Diputación de León ha recogido en el itinerario ‘Del gris al negro, ruta histórico industrial en León’. Museos, pozos, poblados mineros y explotaciones auríferas son muestras de un legado único en España, de valor histórico, trascendencia e importancia. Once propuestas invitan a acercarse a ese mundo, a conocerlo en cualquier época del año.

Con la capital como inicio y fin de trayecto, esta ruta circular incluye la visita a dos estaciones ferroviarias, l a Estación del Norte y la Estación de Matallana . La primera fue construida en 1863 y destaca por su marquesina de acero roblonado, que cubre los andenes y cuyas piezas están unidas con remaches, sin tornillos, como la torre Eiffel, mientras que la segunda -también conocida como la del Hullero-, daba servicio a la línea ferroviaria de vía estrecha que conectaba las cuencas de carbón con las acerías del País Vasco desde 1894.

Está ubicado en el antiguo economato del ferrocarril y refleja la importancia que tuvo el tren para la historia de esta localidad de la montaña oriental leonesa. Gorras, ollas ferroviarias, briquetas, una recreación de la oficina del jefe de estación, fotos, una proyección sobre los más de cien años de vida del ferrocarril hullero o maquinaria antigua son algunos de los elementos que se pueden encontrar en él.

Es una auténtica ‘catedral de hierro’. Se halla en la Ferrería de San Blas , que albergó la lonja que hizo posible la primera industria siderúrgica de España, en 1846. En la localidad, además, pueden visitarse dos pozos: La Herrera I (1912) y La Herrera II, o Pozo Sotillo (1945).

El pozo, inaugurado en 1930, destaca por su castillete y el ascensor de bajada a la mina. Su torre mide 31,5 m y su estructura es de hierro, característica del siglo XIX.

El primero es un histórico tren minero que unía esta localidad con Ponferrada , mientras que el pozo, en proceso de rehabilitación, es testigo de su pasado carbonífero.

En él se implantó, por primera vez en España, el sistema de arranque mediante cepillo. Consta de un espacio museístico con catorce zonas que incluyen la lampistería, el vestuario de los mineros, las duchas, la zona de vigilantes, la de compresores, la de máquinas, el lavadero, el barrenista o la mina.

Data de entre 1805 y 1808 y sus instalaciones -próximas a las minas romanas de oro de La Leitosa- surtieron de metal durante años a las fábricas de armamento de Asturias . En 1809 fue saqueada por las tropas napoleónicas y quedó inutilizada.

Fue construido en 1952 a los pies de la Peña del Seo , unos metros más abajo de una mina en la que se extraía wolframio, el conocido como ‘oro negro’.

Narra el impacto de la llegada del tren a la comarca desde finales del siglo XIX. Por ella pasaban uno mixto (viajeros y mercancías), un correo que llegaba hasta León capital y un expreso, además de míticas locomotoras de vapor como la Mikado, Mastodonte, Santa Fe o Pacific.

En el primero, situado en la antigua estación de vía estrecha Ponferrada-Villablino, destaca su colección de locomotoras , con piezas como la English Electric 7766 o la Mikado 141-F-2346, declaradas Bien de Interés Cultural. Por su parte, la Fábrica de Luz-Museo de la Energía, en la antigua central térmica de la Minero Siderúrgica de Ponferrada, muestra, entre otras cosas, cómo se producía la electricidad a partir del carbón a principios del pasado siglo. También se puede visitar la Herrería de Compludo.

En él se exponen piezas que van desgranando los diferentes oficios vinculados al ferrocarril y una llamativa maqueta ferroviaria de doce metros cuadrados.

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