Antonio Piedra - No somos nadie

Lady Dixit

De los miembros del gobierno Sánchez -expertos en dar la vuelta a todo con un descaro lingüístico impresionante-, la ministra Carmen Calvo supera a todos sin descolocarse un rulo. Tengo un amigo catedrático que tuvo que dimitir antaño de un alto cargo en Cultura porque, nada más verla, supo que era imposible el entendimiento. Yo la recuerdo con mucho cariño en La Habana inaugurando la casa de Dulce María Loynaz. Al intentar hablar con ella sobre un tema relacionado con la Generación del 27 y Sevilla, me plantó in situ esta dulzura tumbativa: «No tienes ni idea de lo que hablas» . Así que al verla ahora como vicepresidenta -autosuficiente, sabienda, chula, sectaria, liberticida, por encima del bien y del mal, y tan segura de la tenaza que hasta las muelas del juicio rechinan-, da la impresión de que el lenguaje ha muerto.

Cuanto dice es canela en rama por su ideología en planitud invasora, y por su estructura mental que fríe buñuelos sin aceite. Con su afán de apisonadora, no sólo es capaz de cargarse a España en un pispás, sino a la UE y la ONU en asamblea general. Nadie en el PSOE la supera. El viernes pasado nos cortó un nuevo trajecito a los hombres. Repitió lo de La Habana: que no tenemos idea de las mujeres. Lo cual es mucho decir, pues no son pocas las mujeres que no quieren parecerse a ella ni de lejos. Sabíamos que el PSOE no distinguía los medios y los fines, pero la ministra Calvo lo tiene claro: dice y hace ex cátedra -¡Oh nueva Mama porque decir Papa ya es machismo!- lo que le sale del carnet de identidad.

Lo que puede hacer la señora Calvo con España en unos meses, es lo más parecido a lo que decía Lady Macbeth en su primera intervención en la tragedia de Shakespeare: «Desconfío de tu naturaleza; está demasiado cargada de la leche de la ternura humana para elegir el camino más corto». Mejor no imaginárselo para no tener pesadillas . De momento, ya necesitamos un certificado de buena conducta para todo porque ella, como Lady Macbeth o Lady dixit, sólo duerme con el lado izquierdo. Ver la televisión ya es terrorífico para los niños. Las pobres criaturas dudan si deben denunciar a su padre por machista ante la comisión de la verdad, porque ignoran si su madre dio el sí legal en su momento, o fueron concebidos de extranjis.

Conclusión A: cada vez que habla la señora Calvo nos asola el adagio castellano porque nos quedemos más calvos de lo que estamos. Más aún, el paisaje entero se puebla de calvas y calveras. Conclusión B: Carmen Calvo tiene muy bien puesto el apellido. Conclusión C: También requetepuesto el nombre. Por cierto, mañana es su Santa Patrona, pero como es feminista y laica, no la felicitaré por si piensa que, de paso, lanzo un piropo. Y hasta ahí podíamos llegar. Uno es casado, normalico, y de pocas palabras, como para andar ahora en coplas como Carmen la de Ronda. Terrorífico, Lady Dixit, terrorífico.

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