Guerra en Ucrania

Hogar y paquetes para una guerra

Castilla y León se vuelca con los refugiados ucranianos con todo tipo de pequeñas iniciativas de acogida, envíos de ropa, alimentos o medicina

Qué es una zona de exclusión aérea y por qué es tan importante para Ucrania

Recogida de alimentos, material sanitario y ropa en el bar Book de la capital vallisoletana HERAS

Clara R. Miguélez

E l comienzo de una guerra en este siglo sacude conciencias y comunidades a velocidad de vídeo. Por eso, la que se libra en suelo ucraniano desde hace diez días sobrecogió a Castilla y León en tiempo real. La maquinaria humanitaria de las instituciones comenzó a engrasarse, reunión a reunión, pero la reacción de los habitantes fue más rápida que la ‘oficial’, si bien más desmadejada y local. El caso es que en cuestión de una semana han surgido todo tipo de iniciativas (la mayoría en colaboración con ucranianos en España) en la que cada cual aporta lo que puede, ya sean pañales, vendajes israelíes, antiinflamatorios, dinero o ropa de abrigo. O un nuevo hogar. Porque los gestos de solidaridad también han incluido invitaciones de acogida expresas, reforzadas por unas instituciones que, aunque estuviesen en plena decisión del cómo y con qué sistema, indicaron desde el principio que los refugiados -que lleguen de Ucrania- encontrarán la frontera abierta.

Casi todos los proyectos de envío prevén llegar hasta los límites del país atacado. El reto será la distribución desde allí. Pero por de pronto, a la frontera pretende llegar un tráiler de Transportes Alonso, que a raíz de la idea del grupo ‘Corriendo por Palencia’ llevará 4.000 cuñas de Quesos Cerrato de la cooperativa Agropal. En Valladolid se organizaron recogidas con respuesta masiva, en lugares como los bares Book o Mil Sabores (Laguna de Duero), en la iglesia de la calle Divina Pastora o en la Cámara de Comercio. También se han acumulado bolsas llenas de provisiones y mantas en colegios de Segovia, que han hecho listas de productos muy específicos tanto para soldados como para familias. Zapatos tipo Bertz, ropa de camuflaje y térmica o chalecos antibalas, pero también esparadrapo, fármacos renales o baterías portátiles (las célebres ‘power bank’).

La Universidad de Salamanca ha habilitado tres puntos de recogida para encauzar su propia campaña , y en León se puede llevar material al edificio Virgen de Loreto de La Virgen del Camino. Mientras, en Palencia la comunidad ucraniana usa el antiguo ropero de Cáritas como punto de recogida para artículos tan diversos como frutos secos, linternas, agujas, cremas antibióticas, mascarillas o compresas. La ONG de la Iglesia se está sirviendo de sus contactos internacionales y en cada una de las diócesis para ponerse en movimiento con colectas en todas las provincias.

Evacuados ‘de acogida’

Mientras tanto, en Zamora, sesenta familias se sumaron en menos de 24 horas a la idea de Marta Pérez y Ana Mulas, que decidieron tomar papel y boli y apuntar a potenciales hogares de acogida «para que todo esté listo si hiciera falta» , recoge Ical. Se pondrán en contacto con asociaciones como Ven con Nosotros, en Valladolid, que organiza acogidas de niños ucranianos desde el desastre de Chernóbil. Esta ONG ha reaccionado con una campaña de recogida de fondos para reforzar su actividad, ya que habitualmente se encarga de proporcionar a pequeños procedentes de orfanatos o de familias desestructuradas una Navidad o un verano en España. Hacerse socio o donar alimentos para la fiesta de bienvenida son otras de las formas que plantean para echar una mano.

Sin embargo, los niños evacuados no serán los únicos que tengan cabida: en Segovia los ucranianos residentes, a iniciativa de Mariana Radvanska, Andrey Prin y Lesya Radvanska, quieren dar los primeros pasos para asociarse, y así canalizar ayudas o asesoramiento para sus compatriotas. La ciudad ya ha puesto su albergue de peregrinos (40 plazas) a disposición de los refugiados. Además, la plataforma ciudadana España Vaciada urgió a las administraciones a agilizar los trámites de acogida, ya que consideran que muchos pueblos podrían beneficiarse y «servir de refugio temporal o definitivo para miles de ucranianos». Paredes de Nava (Palencia) o Ponferrada (León) ya han recogido ese guante , y han recibido este fin de semana a 17 y 7 mujeres y niños que huyen de la guerra.

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