Hablan los alcaldes de VOX: «¿De extrema derecha? En absoluto»

Los regidores de los tres municipios de Vox coinciden en que «en los pueblos no importan las siglas» y justifican su apuesta por la formación «verde» en sus «valores y principios»

El alcalde de Cardeuñuela Riopico (Segovia), entre Santiago Abascal y Ortega Lara

MONTSE SERRADOR

Castilla y León es el principal territorio de Vox, al menos si se tiene en cuenta que aquí se encuentran tres de los cuatro ayuntamientos de España en los que gobierna con mayoría absoluta un alcalde de la formación liderada por Santiago Abascal. El cuarto municipio, Guadiana del Caudillo, está situado en Badajoz. En el caso de los castellano y leoneses, se trata de tres pequeñas localidades de Burgos, Valladolid y Segovia, las dos primeras con un alcalde de Vox desde las últimas elecciones municipales de 2015, mientas que la tercera se convirtió al partido «verde» en mayo de este año, una vez que su alcalde decidió abandonar el PP.

Los tres ediles coinciden en que su decisión de retirar su apoyo a los populares y apostar por Vox se debió a una cuestión de principios y de coherencia. También rechazan al unísono que se les etiquete como de «extrema derecha» y se declaran servidores de sus pueblos donde «el partido que gobierna importa poco».

Nicasio Gómez Ruiz es alcalde de Cardeñuela Riopico, un municipio del alfoz de Burgos, desde 2015. Antes de presentarse a las elecciones municipales se afilió a Vox porque «yo voto derechas pero el PP ha abandonado principios e ideas para centrarse en la economía». Su decisión de entrar en el partido de Santiago Abascal llegó a través de Ortega Lara, cuya trayectoria siguió desde su dramático secuestro. «Cuando abandonó el PP vi que hacía lo que los demás pensábamos y ese fue el empujón definitivo».

«Somos constitucionalistas y todo lo que se tenga que hacer, incluida una reforma, tiene que ser con el acuerdo de todos»

Así que Nicasio Gómez concurrió con un grupo de compañeros y amigos a los últimos comicios electorales y consiguió cuatro de los cinco concejales. Reconoce, no obstante, que «las siglas no importan en un pueblo pequeño, no importan los partidos». Cuando se le pregunta sobre si se considera de extrema derecha, el alcalde de Cardeñuela se ríe y rechaza con contundencia que se le pueda etiquetar con esa marca. «En absoluto», afirma, para dejar claro que «somos constitucionalistas y todo lo que se tenga que hacer, incluida una reforma, tiene que ser con el acuerdo de todos». Pero insiste en dejar muy claro que, por encima de todo, yo estoy en mi pueblo y con mi gente y ahora lo que nos preocupa es arreglar el retablo».

Vicente Robisco

Un joven profesor de FP

Mario de Fuentes es un joven profesor de FP en un instituto de Valladolid pero, además, desde 2007 es alcalde de la localidad vallisoletana de Barruelo del Valle, un pequeño pueblo de tan sólo 66 vecinos situado en los Montes Torozos. Aunque siempre como independiente pero arropado por siglas, en 2011 volvió a repetir bajo el paraguas del PP hasta que, en las elecciones de 2015 dio el salto a Vox «porque el PP me habían defraudado y el ideario de Vox me parecía más cercano a mí». Así que De Fuentes aterrizó en la formación de Santiago Abascal aunque reconoce que de su programa, «unas medidas me gustan y otras no». Eso sí, no se considera de extrema derecha y rechaza que se defina así al partido cuando «quienes se definen como progresistas, realmente pertenecen a dictaduras comunistas». Tampoco cree que sea una formación inconstitucional por rechazar las autonomías cuando «quienes lo son de verdad son los socios del Gobierno de Pedro Sánchez». Sí defiende que se derogue la Ley de Violencia de Género porque «para empezar se carga el artículo 14 de la Constitución».

«Nadie resolvía nada en cuestiones como Cataluña o la nación y me dolía el avance de la ley LGTBI».

El tercer alcalde de Vox de la Comunidad lo es del municipio segoviano de Navares de las Cuevas, un cargo que ocupa desde hace 19 años, siempre bajo las siglas del PP, hasta el pasado mes de mayo en que decidió devolver el carné de militante e integrarse en la formación «verde». Vicente Robisco, un jubilado de 79 años, asegura que decidió dar el salto al ver que «nadie resolvía nada en cuestiones como Cataluña o la nación y me dolía el avance de la ley LGTBI». Así que, después de «meditarlo mucho» se fue a Vox «porque me pareció que su programa era esperanzador, como cristiano, me sentí identificado con sus valores y tranquilo con mi conciencia; fue una cuestión de coherencia».

Mario de Fuentes

Robisco se siente ahora entusiasmado con los resultados obtenidos en Andalucía y rechaza que se le etiquete como un dirigente de extrema derecha, «un término muy manido y que no se utiliza cuando se trata de la extrema izquierda». No obstante, matiza que «si por defender a tu país o por defender la vida se es de extrema derecha, entonces hay mucha gente de bien que defendemos valores a los que se nos puede considerar de extrema derecha».

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