Una feria para los profesionales de la viña y la bodega: «Allá donde se haga vino, estaremos»

La primera edición del Salón Ibérico de Equipamiento para Bodega y la segunda de Agrovid congregan en Valladolid a 160 empresas que ofertan toda clase de equipamiento y maquinaria

Máquina de embotellado manual en la primera edición del SIEB en Valladolid F. HERAS

Clara R. Miguélez

El mundo del vino va mucho más allá del preciado líquido, y cualquiera que quiera vender el fruto de sus viñas tiene que entrar en él. Embotelladoras, barriles, los más modernos tractores: todo se da cita hasta este jueves en la Feria de Muestras de Valladolid, que acoge desde el martes tanto la segunda edición de Agrovid como la primera del Salón Ibérico de Equipamiento para Bodega (SIEB). Entre ambos compendian todo lo necesario desde la siembra hasta la copa, y por eso son un caldo de cultivo idóneo para los contactos y los negocios , un lugar con atractivo para clientes y entendidos, pero también para los distribuidores. Se han acercado a ofrecer sus productos 160 empresas, tanto de dentro como de fuera de España.

Una de las que se ha unido al primer SIEB ha sido New Group. Comercializa todo tipo de maquinaria en relación al vino: embotelladoras manuales o automáticas, máquinas de etiquetado, cerradoras de caja. Trabajan en Mallorca, Cataluña, La Rioja o la región de Champagne (Francia), pero confiesan que Ribera «les interesa mucho» , así que después de que se cancelase la feria de Zaragoza, no lo dudaron y trajeron su ‘stand’. «Queríamos estar aquí, creemos que puede ser el inicio de un posicionamiento en la zona», avanza el delegado en Canarias, Francisco Javier Moreno. «Allá donde se haga vino, estaremos», asegura.

Unos metros más allá se puede adquirir algo tan específico como un volteador de jaulones . La elección de uno manual o automático, como en tantos casos en la feria, dependerá del grado de profesionalización de la bodega, indica Víctor Jimeno, de Talleres Mecánicos Jimeno.

Pero la maquinaria disponible también interesará al campo. De hecho, los aparatos más relacionados con la agricultura vitivinícola ya estaban presentes en la primera feria Agrovid, que se celebró en enero de 2020: «Había mucho interés, pero luego llegó el Covid y no se vendió», sostiene el comercial Emil Avlinov, de Alfersán. Está delante de un imponente ‘tractor fungicida’, con todo un entramado de tubos que puede pasar por hasta tres calles a la vez para tratar enfermedades en los cultivos. Ahora, aunque ya no haya las aglomeraciones «de antes» y algunos visitantes «vengan a pasear» -la organización habla de más de 3.000 acreditados-, «lo importante es que la gente compre, o al menos, hacer contactos», recuerda .

Durante la inauguración de la feria, la Junta animó al sector precisamente a eso: a aprovechar esta oportunidad de «innovar y ser más competitivo» para «conquistar nuevos mercados ahora que los márgenes son más estrechos», indicó el viceconsejero de Agricultura, Jorge Llorente.

Y la variedad es amplia. En el rincón de SmartRural apuestan por la digitalización, y aseguran que con su sistema de guía por GPS -permite a los tractores ir «solos por el campo»- se ahorra hasta el 35% del producto, al evitar duplicidades y controlar la cantidad de producto que se echa de forma automatizada. «Y eso, en los tiempos que corren… es un ahorro importante», convence a un cliente su director comercial, Sergio Rodríguez. Lo suyo son estadísticas, analíticas que permiten al agricultor recordar cuándo y dónde ha atacado una plaga o qué secuencias de trabajo se han implementado a lo largo de un año.

Lo que está claro es que el que crea tenerlo ya todo podría salir con nuevas ideas o con ganas de innovar tras ver algunos de los puestos, entre los que tan pronto está el sistema de autenticación de Pygsa Group , que registra botellas y cajas y les otorga y controla su «matrícula»; como el hummus de lombriz de la casa zamorana Crickwoo , que defiende el uso de este abono ecológico «que se usaba en tiempos de Cleopatra y en España hasta el 85, pero que ahora está olvidado», indican. A punto de terminar la primera mañana, el ambiente es «tranquilo», reconocen en el pequeño puesto, pero también coinciden con otros ‘stands’: el fuerte es el segundo día de feria.

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