Condenan a un sacerdote de Valladolid a tres años de cárcel por ciberacoso sexual y abuso a una menor

Envió a la víctimas varias imágenes íntimas y un vídeo en «el que se le ve masturbándose»

El religioso acusado de abusos a una menor, durante el juicio celebrado en Valladolid HERAS

J.M.A.

La Audiencia Provincial de Valladolid ha codenado a tres años años de prisión al excapellán de la cofradía de Las Angustias de Valladolid por sendos delitos de ciberacoso sexual y abuso a una menor de edad a la que envió, entre otras imágenes, un vídeo de él mastúrbandose.

La sentencia le impone además una inhabilitación especial para cualquier profesión y oficio que conlleve contacto regular con menores durante siete años, además de la prohibición de acerarse y comunicarse con la víctima y de desempeñar actividades en un futuro «que puedan ofrecerle o facilitarle la ocasión para cometer hechos delictivos de similar naturaleza».

En el fallo, se considera probado que contactó con la menor, de 13 años, que solía acudir junto con su madre y su tía a la iglesia citada «para solicitar ayuda económica a los feligreses». Tras pedirle el sacerdote el móvil a la niña, empezó a enviarle mensajes cada vez más subidos de tono insistiéndole en encontrarse con ella «para verla desnuda o mantener relaciones sexuales».

También le reclamó, según la sentencia, «vídeos desnuda, metiéndose los dedos y masturbándose». El acusado, por su parte, remitió a la menor «imágenes de contenido sexual explícito , como diferentes posturas sexuales», además de dos vídeos, uno de ellos «en el que le va la cara, desnudo y masturbándose».

En una ocasión, el acusado quedó en verse con la menor a la puerta de la iglesia, donde la agarró para tocarle las nalgas, circunstancia que quedó probada posteriormente al referirse a ella el párroco en varias ocasiones en sus mensajes de WhatsApp. Tras ello, la menor pidió al cura 100 o 200 euros mensuales para poder comprar una casa a su madre, a lo que el acusado se negó, por lo que la joven le dijo que su madre se había enterado de las conversaciones mantenidas entre ellos y que, si no le daba el dinero, avisarían a la Policía, informa Ical.

Al no prestarse el párroco a ello, la mujer y la menor acudieron a dependencias policiales el 10 de enero de 2020 para contar su versión de lo ocurrido y exhibir el contenido de uno de los vídeos sexuales enviados por el párroco, si bien no denunciaron los hechos. Al ser estos, no obstante, constitutivos de delito, el fiscal interpuso la denuncia el 11 de enero de 2020, por lo que se procedió a la intervención del teléfono y el volcado de su contenido para la investigación.

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