Martín Mesonero, durante la entrevista con ABC
Martín Mesonero, durante la entrevista con ABC - D. ARRANZ
Economía

«Cecale va a tener muchos problemas para continuar viva y hacerse fuerte»

El presidente de Confaes culpa a las patronales provinciales de querer imponerse unas a otras y pide a Herrera y a Aparicio que se entiendan

SALAMANCA Actualizado: Guardar
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En su despedida al frente de la patronal salmantina y de la Cámara de Comercio, Martín Mesonero asegura que deja los «deberes hechos» en sus organizaciones y se muestra orgulloso de haber denunciado las «irregularidades» que existían en Cecale hasta el punto de asegurar que «si no hubiéramos actuado la Confederación «ya no existiría».

-Después de diez años como presidente de los empresarios de Salamanca y siete al frente de la Cámara decide marcharse. ¿Toca renovar o no le quedan fuerzas?

-No es un problema de fuerzas, aunque han sido años muy intensos en la parte institucional y en la personal. Es cierto que en mis diferentes cargos me ha tocado lidiar con una época crisis, y no sólo económica, tanto en Salamanca como en Castilla y león y eso cansa.

-¿Sus conflictos con el Ayuntamiento de Salamanca, Cecale y algunos internos en sus propias organizaciones han sido parte de esta decisión?

-Para nada. Mi adiós de la Cámara es algo que estaba muy hablado y que se ha retrasado incluso porque las elecciones se tenían que haber convocado el año pasado. Por compromisos políticos y por peticiones expresas de los empresarios y los plenarios había que aguantar un poco más, pero ya no se podía dilatar.

-¿Meterse en tantos charcos que en algunos casos han acabado en conflictos judiciales le han desgastado más de lo que esperaba?

-Voy a romper esa máxima. Yo no he creado esos charcos. Los conflictos han sido sobrevenidos. Si detectar irregularidades, como en el caso de Cecale, y tenerlas que denunciar para evitar que se dé al traste con la organización regional y con las provinciales por un agujero incontenido y unos gastos desmesurados, es meterse en un berenjenal, estoy orgulloso de haberlo hecho y así se me lo han reconocido en Cepyme, en CEOE y en Cecale. Si no hubiéramos tenido esa valentía ahora mismo la patronal no existiría, incluso a lo mejor Cepyme tampoco. Ha merecido la pena. Igual tenía que haber hecho algo un año antes para que el daño hubiera sido menor.

-¿Entonces aún no ha llegado la normalidad a la patronal?

-Cecale va a tener muchos problemas para continuar viva y para hacerse fuerte. Hay que cambiar muchas cosas. Somos la unión de las nueve territoriales que tenemos que entender a Cecale, pero tampoco ningún presidente regional puede pensar que puede subsistir sin todas nosotras. Hay provincias que se han basado más en proteger su euro y su minuto de gloria que a la organización. Lo que hay que hacer es explicar, negociar, aclarar y no imponer, y en los últimos años ha habido una imposición de unas provincias sobre otras. Hay que entrar en una batalla en la línea de estar unidos porque ahora no se está, pero lo más importante es demostrar, a nivel de Junta y de las Consejerías, quién representa verdaderamente a los empresarios, que tampoco se está haciendo. Ese respeto que debería existir no se da y no sé si es culpa de Cecale o de la Junta. Las dos partes deben entender que se necesitan y tienen que sentarse. El Gobierno regional, desde luego, no esta tratando bien a Cecale y a las organizaciones empresariales y creo que se confunde.

-¿Y Santiago Aparicio es el indicado para liderar el resurgir de Cecale o también tiene que haber renovación?

-Todo el mundo ha quedado dañado en su imagen con las debilidades de la última época. Yo he tenido muchas diferencias con él y creo que está haciendo una labor de trabajo buena, pero no sé si es la persona que tiene que liderar una Cecale fuerte.

-Si la patronal lo tiene complicado, las Cámaras no le van a la zaga

-Ahora lo que tenemos es una ley, una posibilidad de base de lo que pueden ser las cámaras a futuro, pero no se puede poner en una norma una serie de funciones sin que haya fondos. Al final, es un brindis al sol.

-¿Y también corren riesgo de desaparecer?

-Estoy convencido de que si no hay una solución rápida más de una puede cerrar en Castilla y León. Parece que es lo que está esperando el Gobierno no sé si por omisión o por delación y pese a que somos una herramienta importante que pueden perder. En Castilla y León se nos dice que somos muy buenos y muy guapos y luego nadie nos explica cómo y con qué dineros tenemos que prestar los servicios. Desde que Zapatero se cargó el sistema cameral, los ingresos que entran a las Cámaras son cero. Que los presidentes hayan podido gestionar desde 2010 hasta ahora es para ponerles en un pedestal. En mi caso, dejo la Cámara de Salamanca mejor de lo que estaba y con más proyectos de futuro, pero por parte del Gobierno central todo está paralizado. ¿Para cuando las elecciones? ¿Cuántas podrán seguir vivas el próximo año? Ante tanto retraso, Salamanca se ha adelantado -forzando la llegada de una gestora para que se aborden las elecciones- y animamos al resto a hacerlo. Si las administraciones han decidido que las Cámaras tienen que morir porque no son viables, que lo digan.

-¿Y catorce Cámaras son viables en Castilla y León?

-La Ley dice que debe haber una por provincia. Cuando planteamos en 2012 una reducción, nadie puso el cascabel al gato. A lo mejor las locales tienen que hacer una serie de servicios que dependan de una provincial, pero alguien tiene que marcar las pautas. Parece que hay una dejación para que vayan cerrando las Cámaras y así no hay un problema para saber cuántas quedan. Ahora mismo están tan débiles que no van a poder ejercer sus funciones.

-Pero el Consejo Regional de Cámaras no se queja demasiado públicamente

-Somos demasiado respetuosos y cuando levantamos la voz ya es tarde. Ser reivindicativo cuesta, pero creo en esa máxima de que quien entra en un puesto y no cumple con él tiene que irse a su casa.

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