Caen dos fábricas ilegales que producían 3,6 millones de cigarros cada día

Nueve personas han sido detenidas por la actividad en estas factorías ocultas en naves en Valladolid

M. Gajate

Cada cajetilla de tabaco de un precio medio de 4,5 euros carga con un ochenta por ciento de su precio en impuestos. Si estos se eliminan el coste no llega a un euro. En ello se sustenta el t abaco de contrabando que grupos organizados distribuyen en España y cada vez más bajo el sello «made in Spain» a través de fábricas clandestinas en las que dan salida a una importante cantidad de material en cuestión de horas. Buscando la invisibilidad, esta actividad ilícita se va moviendo a lo largo y ancho del país y en los últimos meses había encontrado cobijo en dos naves en la provincia de Valladolid, donde ha sido desmantelado un engranaje capaz de producir 3,6 millones de cigarrillos diarios.

Agentes de la Policía Nacional y funcionarios de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria han desarticulado la semana pasada estas dos fábricas ilegales destinadas a la producción clandestina de cigarrillos y sisha con la infraestructura necesaria para trabajar día y noche, que permitía producir alrededor de 180.000 cajetillas al día , que por su valor en el mercado habrían dejado un beneficio de 800.000 euros al día. Se cree que no se llegó a comercializar el material dada la gran cantidad de stock hallado en los registros en el marco de la operación «Phoenix», que se ha saldado con la detención de nueve personas. Una de ellas, su cabecilla, está en prisión y siete eran trabajadores, foráneos altamente cualificados que estaban aislados e incomunicados para evitar filtraciones.

La investigación comenzó en noviembre, cuando las autoridades de Bulgaria alertaron de la inminente llegada a España de un ciudadano con el objetivo de trabajar en una fábrica clandestina de tabaco. Gracias al soplo, el dispositivo pudo dar con el entramado y localizó tres naves, dos en Fuensaldaña –una ya desmantelada y otra con toda la maquinaria necesaria para la producción completa de tabaco, cuya materia prima se traía de fuera– y una tercera en el Polígono de San Cristóbal –en la que se producía tabaco destinado a ser consumido en sisha–.

Incomunicados

La nave activa de Fuensaldaña estaba acondicionada para alojar a los trabajadores , que llegaban con visado de turistas por tres meses y estaban alojados en estas instalaciones hasta las que se les transportaba con gafas tintadas. Sus móviles estaban en modo avión y envueltos en papel de aluminio, aunque se entiende que no fruto de una explotación sino para evitar ser descubiertos. De hecho, se cree «probablemente»acordaran «grandes sueldos» por este trabajo, según expusieron ayer responsables de la Policía Nacional y Vigilancia Aduanera junto al delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, en la presnetación de la operación que sigue «abierta».

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