Aparicio: «Ser empresario en Castilla y León es más que una vocación»

En la ya clásica cita anual empresarial de los Cecale de Oro el presidente de la patronal, Santiago Aparicio, quiso ayer homenajear a las «miles y miles de personas» que «lo arriesgan todo» en Castilla y León «para producir por cuenta propia». Sin querer caer en el «corporativismo», el soriano fue aún más allá al asegurar en Ávila que ser empresario «en una región así es algo más que una vocación. Es un atrevimiento». Al respecto, afirmó que «crear, dotar y mantener» una empresa «es difícil en cualquier lugar», pero que hacerlo en una autonomía en la que «las infraestructuras, por así decirlo, no se han generalizado en su justa medida», lo hace todo «aún más complicado de sobrellevar».

Por este motivo, criticó que, en un país donde más del 90% de los trabajos «nacen del esfuerzo» de los empresarios, «no se nos reconozca el inmenso valor añadido que aportamos a la sociedad».

Aparicio, aplaudido en varios momentos de su intervención, reflexionó sobre «el dolor» que les produce que no se reconozca al empresario «lo mucho que influye en el progreso de su zona de influencia» y que, además, «se vea abocado a cierto olvido y a cierta marginación» y, en cambio, «se le preste atención cuando surgen los problemas».

Para subir un poco los ánimos de los asistentes, entre ellos el consejero de Fomento, Juan Carlos Suárez-Quiñones, y el alcalde de Ávila, José Luis Rivas, Aparicio tiró de estadística para destacar los dos años de subida en el número de empresas. Al respecto, contrapuso el descenso de la población en la Comunidad con el aumento hasta las 162.000 de las firmas que trabajan en Castilla y León.

Sin embargo, el presidente de Cecale alertó de los últimos datos de deslocalización -250 en el último año- de domicilios sociales de empresas de Castilla y León hacia otros territorios o comunidades «más favorecidas por su presión fiscal» y eso a los empresarios «nos preocupa de una forma alarmante». En esta línea, pidió al Gobierno «una armonización fiscal para pulir los desequilibrios entre las comunidades». Su «ausencia» supone «una penalización más para la actividad que se supone que marca la diferencia entre un futuro sosegado y el desastre».

Elogio a los sindicatos

El presidente de la patronal también se refirió a la situación vivida en Nissan con «ese dichoso mundo global, donde los planes industriales deben, lógicamente, tener viabilidad para asegurar el empleo». En esa línea, aplaudió el esfuerzo de la empresa y de los sindicatos, «cuya labor es imprescindible para que el engranaje funcione» al tiempo que se definía «como un empresario que habla bien de los sindicatos, como la gran mayoría» y afirmara que cuando un empresario «cumple con sus obligaciones jamás verá a un sindicato como un enemigo».