Urgente: un auxiliar técnico (AT) para Óscar

El pequeño de cuatro años padece trastorno del espectro autista y su familia pide este apoyo a la Dirección de Inclusión para el día a día de su hijo en el colegio

El pequeño Óscar, sobre la cama de su habitación L. Gómez

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Los padres de Óscar, un niño de 4 años con trastorno del espectro autista y con una discapacidad del 33 por ciento , llevan ocho meses esperando que su pequeño reciba en el colegio el apoyo de un auxiliar técnico (AT) que lo ayude en su día a día.

El menor cursa segundo de infantil en el colegio público Ribera del Alberche en la urbanización Calalberche en Santa Cruz de Retamar (Toledo). « Óscar no habla, sólo dice palabras sueltas y no controla sus esfínteres, por lo que necesita pañ al », explica Lorena, su madre. Es autónoma de profesión, presta un servicio de tintorería a domicilio y tiene que recorrerse cientos de kilómetros para cambiar de muda a su hijo cada vez que la llaman del centro.

Óscar permanece en el centro de nueve de la mañana a cuatro de la tarde. Este curso recibe tres sesiones semanales de 45 minutos de Pedagogía Terapeútica (PT) y una de Audición y Lenguaje. Es un apoyo «insuficiente», a juicio de su madre, para un niño que sufre esta discapacidad. Su caso, lamentablemente, no es el único que existe en la provincia de Toledo, donde hay otros colegios que vienen reclamado la presencia de auxiliares técnicos para alumnos autistas.

«Ha perdido dos kilos y medio»

La hora de la comida también se ha convertido en una pesadilla para Óscar. Su madre denuncia que en estos dos meses que el niño lleva en el comedor de la escuela ha perdido dos kilos y medio de peso, porque tampoco cuenta con ese auxiliar. «La empresa de cáterin nos dijo que tenía un programa de inclusión y nos prometió que mandarían una monitora para estar al cuidado de Óscar, pero todo ha sido una mentira», se lamenta Lorena.

La falta de monitoras (dos para atender a 37 niños más los eventuales) y de su correspondiente formación por parte de la empresa ha hecho que éstas castigaran a Óscar sin tener conocimiento de que le pudiera perjudicar, provocándole terrores noctunos . «Todavía llora durante dos horas pidiendo ayuda, diciendo '¡soy yo, soy yo!'», cuenta la madre.

¿A la tercera va la vencida?

Lorena denuncia que desde el colegio llevan desde el pasado curso solicitando que un profesional valore al menor . «El 4 de noviembre, tras varias llamadas diarias y un montón de mensajes, por fin vino una asesora del sevicio de inclusión educativa de Toledo». Pero, para sorpresa de los padres de Óscar, esa representante de la Junta «vio todo positivo» y concluyó que el niño no necesitaba esa ayuda.

Pero su madre asegura que no cesará en su empeño de pedir lo que «por ley» le corresponde a su hijo. «Yo solo pido a la Dirección General de Inclusión Educativa un auxiliar técnico (AT) para que mi hijo esté cubierto en sus necesidades y pueda hacer lo mismo que hacen los demás niños en el colegio». «Pero no sólo lo pido yo -asegura-; lo piden también el inspector de zona, la directora, la orientadora y las profesoras del colegio».

Lorena inició el 25 de octubre una campaña de recogida de firmas en Change.org , que ha conseguido ya el apoyo de más de 56.000 personas. Por el bien de Óscar.

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