Vivían en la urbanización Campo de Golf
'Hoyo en uno' de la Guardia Civil en Layos: acaba con el negocio de cannabis que dos parejas tenían en sus casas
Residían de alquiler en viviendas unifamiliares distantes unos 500 metros y situadas en una finca con un campo de golf. Les han incautado un total de 1.822 plantas de marihuana en los garajes y otras estancias
Son tres españoles y una colombiana, aunque en un principio no les une una relación delincuencial. Han sido detenidos por el cultivo o la elaboración de estupefacientes, además de defraudar electricidad
Habían hecho del tráfico ilegal de marihuana su modo de vida, pero la Guardia Civil les ha arruinado el negocio que tenían en Layos. Son dos parejas, tres españoles y una colombiana, que vivían de alquiler en la misma zona, la urbanización Campo de Golf, y se dedicaban a lo mismo, pero en un principio no les une una relación delincuencial.
Sus casas, viviendas unifamiliares, estaban en distintas calles, paralelas aunque cercanas: unos 500 metros las separan . Pero nadie se podía imaginar desde fuera que dentro, en los sótanos de los garajes y en otras estancias, hubiera las plantaciones de cannabis que la Guardia Civil ha descubierto en un conjunto residencial que recibe el nombre del campo de golf que se extiende sobre una finca de más de 100 hectáreas.
Han sido agentes del puesto de Mora, a 40 kilómetros de la urbanización, los que han llevado a cabo con éxito la Operación Nox-Fairway. Jugando con el argot de los golfistas, se podría decir que los investigadores han hecho un 'hoyo en uno' (cuando se mete la bola con el primer golpe), aunque hay una variedad de términos según el número de golpes necesitados para embocar.
El germen fueron las informaciones sobre la posible existencia de cultivos ilegales de marihuana en un término municipal donde la Policía Nacional y la Guardia Civil han desmantelado otras plantaciones en el último año . Los datos apuntaron, concretamente, a la urbanización Campo de Golf, situada a 14 kilómetros de Toledo.
Los dispositivos de vigilancia y control dieron sus frutos: dos viviendas, donde residían un hombre y una mujer en cada una, se pusieron en el punto de mira. Sus moradores se dedicaban a lo mismo en la misma urbanización, pero no tenían ninguna relación delincuencial entre ellos.
Los agentes entraron en las casas en días distintos por una cuestión operativa. Encontraron un total 1.822 plantas en avanzado estado de crecimiento y detuvieron a sus inquilinos, de 28 a 34 años. Además del delito de cultivo o la elaboración de estupefacientes, los cuatro fueron arrestados también por defraudar fluido eléctrico .
Habían invertido en cada casa alrededor de 20.000 euros para la instalación de la infraestructura necesaria con la que sacar adelante las plantaciones de marihuana , pero sin pagar la luz.
Una empresa de electricidad confirmó a la Guardia Civil la existencia de derivaciones del suministro del fluido eléctrico antes del contador, con lo que los delincuentes intentaron evitar que una inspección detectara el fraude de electricidad. Lo consiguieron hasta que han sido descubiertos.
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