¿Quién hizo hablar al pregonero?

«La defensa de Mariano Calvo en favor de Juan de Valés como autor del Lazarillo está muy bien expuesta»

Fragmento de la protada del libro de Mariano Calvo

POR AMADOR PALACIOS

El filólogo, académico y polemista Francisco Rico , en la canónica publicación de Ediciones Cátedra, Letras Hispánicas, de la novela Lazarillo de Tormes , escribiendo sobre su hipotético creador, nombra a varios escritores a los que se les ha atribuido la autoría de la tan fascinante obra. Desde los pioneros fray Juan de Ortega y Diego Hurtado de Mendoza hasta Sebastián de Horozco , pasando por la atribución disparatada al dramaturgo Lope de Rueda, tomándose el escrito como su autobiografía, ya que al parecer en 1538 un tal Lope de Rueda ejercía en Toledo de pregonero. La atribución a los hermanos Valdés es muy plausible . Lo que sí parece aceptarse sin demasiadas trabas es que Lazarillo de Tormes , como sostiene A.F.G. Bell sin nombrar a nadie, fue compuesto «por algún humanista de la España renacentista, por un intelectual». Aquí encajan, desde luego, los hermanos Valdés. Pero Francisco Rico argumenta que lo mejor es dejar que este libro sea anónimo . Para el lector de su tiempo no fue considerado como una obra de ficción, sino la confesión de un verdadero pregonero toledano llamado Lázaro de Tormes . Por eso Rico recomienda que el Lazarillo, «nacido apócrifo», siga «en su impenetrable anonimato», ya que esta obra «está firmada y bien firmada por Lázaro de Tormes».

Calle del Barco, en Toledo, donde según Calvo se alojaron los hermanos Valdés

Por los reproches hacia el clero que se vierten en el texto es dable deducir que el autor que se guarece tras el anonimato puede perfectamente ser un erasmista, un alumbrado , alguien proclive al pensamiento de la reforma luterana, caso de los hermanos Valdés. En esta deducción también entraría Juan Luis Vives, y su autoría la respalda el profesor Francisco Calero, quien afirma que Vives poseía un «genio fuera de lo común» que lo habilita plenamente para ser el autor del Lazarillo, genio fuera de lo común que no tenían, para él, los Valdés. Otro candidato, propuesto por José Luis Madrigal, profesor de la CUNY neoyorquina, es el toledano Francisco Cervantes de Salazar , humanista y amigo de Luis Vives. La eminente profesora Rosa Navarro Durán, que fue catedrática de Literatura Española en la Universidad de Barcelona y hoy es jurado de los premios Príncipe y Princesa de Asturias y del Premio Miguel de Cervantes, defiende que Lazarillo de Tormes fue escrita por Alfonso de Valdés , y con arrojo publicó la famosa novela ya encabezada por esta firma, quitándose de encima el timorato prejuicio en favor del eterno anonimato.

Rosa Navarro proporciona sólidos argumentos para hacer valer su tesis. Ella fue la editora de los dos Diálogos de Alfonso de Valdés , que durante tiempo fueron atribuidos a su hermano Juan. En estos diálogos nunca se utiliza el verbo «acontecer», empleándose siempre «acaecer», uso sistemático en el Lazarillo . Obras donde de un modo manifiesto se hallan tanto temas como expresiones que el relato de Lázaro remeda. Ella hace adelantar la fecha de escritura. Las primeras ediciones conservadas son de 1554 , faltando una primera o primeras. La investigadora sostiene que hubo una edición italiana cercana a la redacción del libro, escrito en un periodo comprendido entre 1529 y 1532. El último párrafo de la obra fecha la carta, 1525, pues no otra cosa que una epístola es su contenido, «el mesmo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de Toledo entró y tuvo en ella cortes, y se hicieron grandes regocijos». Carta a ese Vuestra Merced que, según Rosa Navarro, es una mujer a la que confesaba el arcipreste de la iglesia de San Salvador de Toledo ; una mujer que pregunta al destinatario, que en este texto le responde, por el «caso» (amancebamiento de la mujer de Lázaro con el arcipreste, quien permite que su criada se case con el pregonero para acallar las malas lenguas). Alfonso de Valdés abandonó el género del diálogo escogiendo el de la carta , género que muy bien dominaba, siendo Secretario de Cartas Latinas de Carlos V. Él había mantenido una correspondencia con el cardenal Accolti, de Rávena, donde muestra un estilo, como nos informa Rosa Navarro, tan próximo a la misiva que formalmente el Lazarillo es. Para Navarro, en suma,«sólo un escritor tan espléndido como Alfonso de Valdés, que domina el arte de la carta y del diálogo, pudo escribir esa maravilla de naturalidad y eficacia expresiva que es  La vida de Lazarillo de Tormes , la carta de Lázaro a Vuestra Merced».

Lo primero que hace Mariano Calvo en la reciente edición del Lazarillo , publicada por Almud Ediciones de Castilla-La Mancha, es declarar que «la autoría no es el único de sus enigmas» , siendo también objetos de polémica la fecha de su redacción, el lugar, la datación de la edición príncipe, su intencionalidad y si puede considerarse de verdad una novela picaresca ; según el editor, «más que un pícaro, Lázaro es la víctima de una sociedad apicarada ». En su trama, los tres primeros amos del protagonista, el ciego, el cura, el escudero, representan a esos estamentos ciertamente degenerados de la época: pueblo, iglesia y nobleza.

En el centenar de páginas que comprende la introducción al texto, Mariano Calvo desarrolla esos enigmas de la obra , muy palpitantes y aún no resueltos, sin saber si han de resolverse algún día, a la par que traza la topografía escrupulosa de Toledo subyacente en la secuencia argumental; todo ello en pos de dar con el autor de esta carta reveladora de una más que creíble denuncia alumbrado-erasmista. Los claros candidatos de ser autores de La vida de Lazarillo de Tormes , y de sus fortunas y adversidades son, para Calvo, los hermanos Valdés, decantándose por Juan . Él explica ampliamente cómo los Valdés, conociendo a fondo la ciudad del Tajo, se distancian de ella sentimentalmente (son de Cuenca) y critican sus principales estamentos, iglesia y corte. Bajo el relato anecdótico, humorístico si se quiere, se asienta una fuerte lectura moral.

Mariano Calvo informa que los hermanos Valdés se alojaron en la toledana calle del Barco (calle donde transcurre el quizá mejor tratado del libro, el tercero; Lázaro viviendo con el escudero), desde abril de 1525, cuando Carlos V entra en Toledo, hasta febrero de 1526 , estando ambos al servicio de la administración del Emperador. Ocupaban un edificio propiedad de Rodrigo Niño, señor de Añover de Tormes , también señor de Tejares, pueblo de Salamanca de donde son los padres de Lázaro. De ahí el alias del personaje, como guiño del autor, independientemente de que naciera en una aceña del río salmantino. Según Mariano Calvo, Juan de Valdés escribiría la obra dentro del periodo referido. Otra prueba de que el autor de Diálogo de la lengua lo es también del Lazarillo, es haber elegido Escalona como escenario de uno de los trechos del libro. El humanista conquense residió en esta villa como paje al servicio de Diego López Pacheco, duque de Escalona, perteneciendo al círculo de alumbrados que alentó este aristócrata. Como había sostenido ya Rosa Navarro en referencia a la autoría de Alfonso, otro indicio es la inclusión del apellido en un acróstico incluido en el título, La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades , formado por las tres primeras letras y la última sílaba (lav + des = Valdés), común, es obvio, a los dos hermanos.

Si Rosa Navarro cree que la primera edición del Lazarillo se imprimió en Italia, viviendo Alfonso de Valdés allí, Mariano Calvo, por el contrario, tiende a pensar que esa edición príncipe tuvo lugar en Alcalá . Su teoría es que después de escribir el libro, Juan entregó el manuscrito a Miguel de Eguía, editor de Alcalá que en Toledo también se lucraba con el gran negocio de imprimir las Bulas de la Santa Cruzada en unas dependencias de San Pedro Mártir. Eguía ya había publicado el único libro publicado en vida por Juan de Valdés, su Diálogo de doctrina cristiana , que la Inquisición persiguió obligando a su autor a huir a Italia. Eguía no pudo imprimir el manuscrito que le había confiado Valdés porque él mismo fue detenido por luterano . Más de veinte años después, tras la muerte de Miguel de Eguía, su cuñado Juan de Brocar , que le sucedió en la imprenta de Alcalá, se lanzó a publicar el manuscrito, aunque quitándole algunos pasajes. Por fin, cuando muere Brocar y le sucede Atanasio Salcedo , éste vuelve a publicar la novela restituyendo lo suprimido; he aquí la edición alcalaína de 1554 aparecida con las llamadas «interpolaciones de Alcalá» . Las otras tres ediciones, de Medina del Campo, Amberes y Burgos, salidas en este último año, se basan, según la deducción de Mariano Calvo, en la primera edición editada por Juan de Brocar.

Los hermanos Valdés son los diáfanos candidatos. Y la defensa de Mariano Calvo en favor de Juan está muy bien expuesta . Mas al final de su ameno y riguroso estudio, él mismo, a diferencia del atrevido veredicto de Rosa Navarro, reconoce: «Aun declarando nuestra opinión favorable a la autoría de Juan de Valdés, hemos de admitir que sigue faltando esa prueba concluyente que proporcione certidumbre por encima de toda discusión». Calvo resume muy bien sus razonadas consideraciones en el artículo «Buscando al autor del Lazarillo», publicado por ABC .

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