Juan Díaz-Bernardo - ZOCODOVER

Volver a los orígenes

La Semana Santa de hoy en Toledo es, sin duda, algo distinta de lo que era hace veinticinco años

Juan Díaz-Bernardo
Toledo Actualizado: Guardar
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La Semana Santa de hoy en Toledo es, sin duda, algo distinta de lo que era hace veinticinco años. Probablemente tiene más «interés turístico», aunque no sé si eso es bueno del todo. La «cultura del ocio» que nos domina, casi como una imposición derivada de esa otra expresión «talismán» -como diría el profesor López Quintás- que es la «sociedad del bienestar», en cierto modo ha convertido estos días- santos para los cristianos- en un periodo vacacional más; un tiempo que, quienes intentan prescindir del sentido religioso de la existencia, procuran resignificar con la expresión «fiestas de primavera».

A veces no caemos en la cuenta de esta estrategia de «resignificación», mediante la cual se modelan las actitudes y se diseñan las culturas.

¿Cómo es la Semana Santa de hoy con respecto a la de hace veinticinco años? Probablemente, más turística, más multitudinaria, más comercial, más llamativa y más ruidosa… No sé. Esto, como casi todo, es opinable…

Yo recuerdo la Semana Santa toledana de entonces como callada, austera, recogida y silenciosa. Quizá solo sea que el paso del tiempo casi siempre nos hace mirar atrás con cierta nostalgia.

Cuando hace veinticinco años nació «el ABC de Toledo», me invitaron a colaborar semanalmente en un rincón de sus páginas que se llamaba, creo recordar, «Zocodover», para que desde un balcón imaginario de la plaza viese pasar el desfile de la vida cotidiana.

Hoy, dos décadas y media más tarde, me invitan, en este Domingo de Ramos, a asomarme de nuevo a este balcón de papel para contemplar la Semana Santa toledana. Y sí, aunque ya sé que la nostalgia es, en cierto modo, una pérdida de tiempo, al mirar, no puedo dejar de recordar con cierta nostalgia el silencio recogido y austero de las procesiones, ya en calles estrechas, ya en angostos callejones; o la voz poderosa de don Marcelo en la liturgia austera y solemne de la Catedral Primada…

Pero quizá sea conveniente recordar para situarnos ante nuestros orígenes: el Misterio de la Pasión de Cristo y de su Pascua.

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