El PP de Toledo vuelve a su casa 30 años después
El PP lleva ya un tiempo instalado en su nueva sede en la calle Colombia tras un gradual traslado, pero queda la guinda con la inauguración oficial por parte de Pablo Casado
Ha sido un traslado lento y por etapas, a falta de detalles, cuadros, mobiliario y demás trámites que conlleva toda mudanza y cambio de domicilio. Pero para el Partido Popular de la provincia de Toledo la apertura de la nueva sede en la capital regional ha supuesto una vuelta a sus raíces, a una casa colindante con la que acogió su primera sede hace ya más de treinta años en el barrio de Santa Teresa.
Desde hace meses ya hay movimiento y trabajo diario dentro de las condiciones de la pandemia. Así, los despachos, como el del presidente provincial, Carlos Velázquez, y sobre todo el del regional, Paco Núñez, que desde un principio se marcó el cambio de sede como uno de sus objetivos a poner en práctica, e stán ya operativos y con mobiliario flamante.
No obstante, hasta la semana pasada no se celebró la primera rueda de prensa presencial del partido en una sala inmediata a la puerta de entrada habilitada para este menester, con Paco Núñez como protagonista para hacer balance de la presente legislatura.
Ahora solo falta, para dar todas las bendiciones, que se fije la fecha en este próximo otoño en la que el presidente nacional del PP, Pablo Casado, se pueda desplazar a Toledo para la inauguración oficial de la nueva sede.
Tiempo atrás, la jornada de apertura oficiosa acogió la celebración de un comité regional de dirección presencial presidido por Paco Núñez, y la nueva dirección provincial también ha realizado ya varias reuniones.
Sede accesible y visible
Está claro que con el cambio de ubicación el PP ha ganado en visibilidad. Los actuales dirigentes entendieron pronto que tras muchos años había que salir de aquella calle trasera de la ronda de Buenavista para ir a una zona más accesible y a pie de calle. Y lo cierto es que el cambio es como de la noche al día. La calle Colombia está en el corazón del barrio de Santa Teresa, uno de los más pujantes de la ciudad. Una zona comercial, hostelera y de servicios.
Es pequeña, funcional, pero permitirá mantener el pulso con unos espacios mínimos que permitirán atender a los medios, celebrar reuniones y estar a pie de calle, señalan en el PP.
Aunque es una sede «más pequeña en metros cuadrados que la anterior» tiene los espacios «mejor distribuidos» y suman además una sala de reuniones «moldeable» para adaptarla a «cualquier tipo de circunstancia».
La nueva sede de la calle Colombia ocupa una planta baja a pie de calle, en la que hay una sala de prensa, los despachos del presidente, de la secretaría general y de la gerencia, además de las dependencias del PP de Toledo. Abajo estará Nuevas Generaciones y un espacio multiusos.
Pero además, el cambio es importante por el ahorro que le supone a las arcas del partido y porque tiene mucha mayor visibilidad que la anterior al estar situada en una calle de un barrio con gran actividad y tránsito.
La historia se repite
Lo curioso del caso es que esta mudanza suponga una especie de vuelta a los orígenes. Casual o intencionadamente, las paredes de la nueva sede son colindantes con el inmueble que en su día, a finales de los años 80 del siglo pasado, acogió la primera sede del partido, un local situado en el bajo del bloque propiedad del ganadero toledano fallecido Francisco Medina.
Fue a principios de los años 90, y con Mariano Álvarez de presidente del partido, cuando se decidió trasladar la sede la barrio de Buenavista. Además, en aquella década se produjo otro hecho noticioso como consecuencia de las tensiones internas dentro del partido, ya que la sede del PP provincial, por discrepancias con el regional, se trasladó a un local situado en los bajos del pasaje de Mayoral. Allí, por ejemplo, se vivió un episodio interno también de confrontación en la disputa por la presidencia provincial que Agustín Conde ganó a Mariano Moragón.
Fue después cuando los dirigentes del Partido Popular decidieron volver al barrio de Buenavista en una sede en la que han estado más de veinte años y que desde hace meses abandonaron para «volver a casa».
