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Miércoles Santo: Cristo Redentor y Cristo de la Humildad

Dos procesiones, con formas distintas de conmemorar el camino de Jesús al Calvario, recorrerán las calles imperiales, con pasos que recuerdan momentos de la pasión de Cristo antes de su muerte

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En la noche de este Miércoles Santo, dos procesiones, con formas distintas de conmemorar el camino de Jesús al Calvario, recorrerán las calles imperiales, con pasos que recuerdan momentos de la pasión de Cristo antes de su muerte.

A las 21.00 horas serán abiertas las puertas de la iglesia conventual del monasterio franciscano de San Juan de los Reyes y después de salir la cruz guía y decenas de penitentes de la cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad, a los acordes del himno nacional que interpretara la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Redentor de Moral de Calatrava (Ciudad Real), saldrá el paso formado por la imagen del Santísimo Cristo de la Humildad, dos sayones y un soldado romano, portado por veintiocho cargadores, que tendrán que atravesar con las rodillas en tierra el cancel de la puerta, en una ceremonia que cada año es presenciada una multitud de personas que abarrotan la plaza de san Juan de los Reyes.

Al son de las marchas penitenciales de la Agrupación Musical la procesión subirá por Ángel y a llegar a Santo Tomé, hará una parada saludar a las monjas franciscanas del convento de San Antonio, seguirá por Trinidad, Hombre de Palo, Comercio, cuesta de Belén, Plata, plaza de San Vicente, Alfonso X el Sabio; algún año suele coincidir con el Vía Crucis del Cristo Redentor que viene el sentido contrario, desfilando la procesión que lleva primero; en la plaza del Padre Juan de Mariana; los espectadores ubicados en las escaleras de la antigua iglesia de los padres jesuitas hoy santuario de los Sagrados Corazones, podrán contemplar, como la iluminada aguja gótica de la torre primada, ve el acompasado y rítmico movimiento de las andas en la que va el paso: Alfonso XII, Rojas, Santo Tomé, Ángel, Reyes Católicos y entrar en el templo franciscano donde los cargadores tendrá que hacer una operación similar a la realizada para salir.

La cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad es una de las hermandades antiguas de las que participan en las procesiones de Semana Santa, pues está documentado que allá por 1593, salía por la tarde el Viernes Santo, en procesión desde la iglesia de San Nicolás llevando a la catedral primada para finalizar en el convento de la Concepción, donde tuvo su sede canónica después de estar instalada en la ermita de la Cruz, «por debajo de San Nicolás». En 1598 la cofradía tenía su sede en San Juan de los Reyes, pues en mayo de ese año salió en procesión de rogativas a la catedral para pedir por la salud del rey Felipe. Continuo saliendo el Viernes Santo del monasterio franciscano hasta 1660 y al año siguiente comenzó a desfilar el Miércoles Santo hasta el templo primado. La obra devastadora de las tropas francesas en la Guerra de la Independencia motivo que la procesión no volviese a salir. Refundada la cofradía por un grupo de católicos de diferentes cofradías, el 22 de mayo de 2006, eran aprobados sus estatutos y el 19 de marzo de 2008, el Santísimo Cristo de la Humildad volvía a recorrer las calles de la judería y del barrio nobilarío, entre la admiración y acompañamiento de numerosos público.

Cristo Redentor por el barrio conventual y los cobertizos

A las 23,30 de la noche del Miércoles Santo,2 de abril de 1947, partiendo del monasterio dominico de Santo Domingo el Real, se incorporaba a los desfiles procesionales de la Semana Santa Imperial, el Capítulo de Caballeros de Penitentes de Cristo Redentor, portando a hombros la imagen de su titular que las monjas había cedido para el Capitulo. El recordado maestro Guerrero Malagón retoco un poco a la imagen antes de su primera salida procesional en forma de Via Crucis, cantándose el Miserere en catorce paradas, «Misericordia, Dios mío, por tu bondad/ Por tu inmensa compasión borra ni cul..pa» El recorrido que realizó fue bastante más corto que el que hace en la actualidad pues discurrió por plaza de Santo Domingo el Real, Buzones, Merced, plaza de las Capuchinas, Tendillas, Cardenal Lorenzana, plaza de San Vicente, Alfileritos, callejón y plaza de Carmelitas, cobertizo y plaza de Santo Domingo el Real.

Con el aumento notable de caballeros, que permitían hacer más relevos en el itinerario y la severidad y silencio que reinaban en él, el recorrido se fue ampliando hasta llegar al que hará en su setenta aniversario.

Esta noche faltaran pocos minutos para la 23.30 horas y en la plaza de Santo Domingo el Real, un numeroso público ávido de bellezas y emociones esperara la salida de Cristo Redentor. Un silencio rotundo, solemne, invadirá la poetizada e histórica plaza, al ser abiertas las puertas del monasterio de Santo Domingo el Real, y aparecer el tambor destemplado que toca una caballero , desde la década de los años ochenta , después la cruz latina, custodiada por dos hermanos con faroles con hábito reglamentario, a continuación los jóvenes caballeros cargando el varal de madera que soporta la campana de bronce, cuyos tañidos ordenan cuando han de cantarse los salmos del Miserere durante el recorrido y que representa la presencia de las religiosas dominicas en el Vía Crucis. El augusto y reverente silencio será quebrado por las notas del Miserere que interpretara el coro del Capítulo. Finalizado el salmo el desfile procesional se pondrá en marcha, con varios centenares de caballeros algunos con pesadas cruces y otros descalzos, varios minutos, después en perfecto equilibrio, amorosamente, con devoción profunda, sumo cuidado los caballeros del primer turno sacaran de la iglesia conventual dominica al Cristo salvando con lentitud y gran pericia la escalinata que hay debajo del pórtico, que cubre la entrada del templo. El paso representa a Cristo bajo el peso de la Cruz, sujetándola con la mano izquierda, mientras, a punto de caer, la derecha- casi rozando el suelo- tiende a detener el golpe. Una vez que el desfile procesional abandona la plaza de Santo Domingo el Real, seguirá por Buzones, Merced, Tendillas, Esteban Illán, plaza de Padilla, Maria de Pacheco, plaza de la Cruz, Bulas, Valdecaleros, San Pedro Mártir, Alfonso II, Alfonso X el Sabio, Nuncio Viejo, Hombre de Palo, Comercio, cuesta de Belén, Plata, cobertizo de San Clara; donde los portadores de turno tendrán que pasar agachados rozando los guijarros con las manos, dificultades que logran todos los años salvar con su voluntad y habilidad, cobertizo y plaza de Santo Domingo el Real, para entrar en la madrugada del Jueves Santo en su sede canónica, finalizando el recorrido que inicio hace sesenta años y que nunca dejó de salir.

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