Fernández Vaquero y Tirado, una relación de otra época
Ambos fueron en distintas etapas presidentes de las Cortes de Castilla-La Mancha y protagonizaron en la tribuna desencuentros épicos, pero también consiguieron entablar una buena amistad y fueron capaces de llegar a importantes acuerdos para la región
A veces lo normal se convierte en extraordinario. Estamos acostumbrados a la trifulca política diaria, a vivir en un mundo de titulares de crispación, reproches, acusaciones y denuncias, en un país sumido cada vez más en una política de bloques estancos, de polos opuestos, sin ningún espacio para el acuerdo, solo la bronca. Cuando a muchos nos invade la sensación de que la política ya no es lo que era y que se ha convertido en un estorbo, ocurre algo que te hace pensar que no todo está perdido, aunque sea en un momento tan triste para la familia socialista de Castilla-La Mancha que la semana pasada lloraba la muerte de Jesús Fernández Vaquero , un hombre clave para el PSOE regional y su historia.
Los compañeros del senador socialista no han escatimado elogios en estos días; han destacado su gran humanidad, su gran corazón, su sabiduría, su entrega a la cosa pública y, sobre todo, su capacidad de dialogar para llegar a acuerdos.
Las muestras de condolencias han llegado desde todos los ámbitos, también de sus contrincantes políticos, entre ellos, Vicente Tirado , actual diputado nacional del PP, con quien coincidió durante varios años en las Cortes regionales. Ambos fueron en distintas épocas presidentes del Parlamento autonómico y protagonizaron en la tribuna desencuentros épicos, pero también consiguieron entablar una buena amistad y fueron capaces de llegar a importantes acuerdos para la región.
El presidente Emiliano García-Page , -durante el funeral celebrado el jueves en las Cortes-, confesó haber llegado a sentir envidia cuando Fernández Vaquero , a quien quería y consideraba como de su familia, «echaba más piropos» a Vicente Tirado que a él. El mismo día de su fallecimiento, Tirado publicó en sus redes sociales un emotivo mensaje de condolencia en el que le definía, sin tapujos, como «gran amigo» y destacaba que era un «extraordinario político y excelente persona; un hombre de palabra, leal, eficaz, de acuerdo y consenso». Lo dicho, una relación tan buena que parece de otra época.
