José Moreu Burgos - OPINIÓN

Bienvenidos todos los esfuerzos

«No se debe de confundir la rehabilitación cardíaca con los programas de ejercicio físico monitorizado en gimnasios municipales»

Rehabilitación cardíaca (RC), según la definición de la Organización Mundial de la Salud (Ginebra, 1964), es «el conjunto de actividades necesarias para asegurar a los cardiópatas una condición física, mental y social óptima que les permita ocupar por sus propios medios un lugar tan normal como les sea posible en la sociedad».

No se debe de confundir la rehabilitación cardíaca con los programas de ejercicio físico monitorizado en gimnasios municipales. La mejoría de la calidad de vida, de la capacidad de ejercicio, de la integración social y familiar de los pacientes cardiópatas se fundamenta en verdaderos programas de RC que integran el ejercicio físico junto con sesiones de soporte psicológico-social, y de prevención secundaria (tabaco, colesterol, hipertensión, diabetes) impartidas por profesionales especializados.

Los efectos beneficiosos directos y comprobados de la RC incluyen la reducción de la tensión arterial, del colesterol «malo» (HDL), de la glucosa, de la masa grasa y de la ansiedad y estrés relacionado con su enfermedad, provocando al mismo tiempo un aumento del colesterol «bueno» (HDL), de la masa magra y de la capacidad aeróbica de ejercicio.

La indicación más conocida de la RC es la enfermedad coronaria. Existen pruebas irrefutables apoyadas en los numerosos estudios y ensayos clínicos realizados que demuestran cómo la RC consigue una mejoría de la calidad de vida, capacidad de esfuerzo y reducción de la incidencia de nuevos eventos coronarios en los pacientes con cardiopatía isquémica (infarto, stents coronarios, angina). Además, reduce la mortalidad en el grupo de pacientes que ha presentado un infarto previo de miocardio.

El resto de pacientes con cualquier otra patología cardiaca o vascular periférica (enfermedad de los escaparates) también se beneficia de la RC con mejoría en su capacidad de ejercicio y calidad de vida. Todos los estudios económicos realizados demuestran que la RC es un tratamiento coste-efectivo para la sociedad.

A pesar de todas las consideraciones previas, en España menos del 10% de los pacientes con cardiopatía reciben RC. Por eso son bienvenidos todos los esfuerzos públicos y privados encaminados a aumentar la cobertura en RC de la población que se ven compensados de inmediato por menos ingresos y procedimientos hospitalarios, menos bajas laborales y una mayor supervivencia.

(José Moreu Burgos es jefe clínico de Cardiología Intervencionista del Complejo Hospitalario de Toledo)

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