Engel de la Cruz, la toledana que mantiene viva la llama de los 'Comuneros'

Esta profesora, licenciada en Humanidades, acaba de publicar un libro en el que ahonda en la Guerra de las Comunidades, la primera revolución moderna

'Los comuneros Padilla, Bravo y Maldonado en el patíbulo' Antonio Gisbert
Mariano Cebrián

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Cuando Engel de la Cruz (Toledo, 1982) habla de la resistencia de María Pacheco en el Alcázar, desde donde llegó a mandar apuntar sus cañones contra las tropas realistas, lo hace con tal pasión que parece que hubiese estado allí mismo. Estos hechos acaecieron en 1521 tras la muerte el 23 de abril de los líderes comuneros en la batalla de Villalar , entre ellos su marido Juan de Padilla , cuando esta noble castellana asumió desde la capital toledana el mando de la sublevación de las Comunidades de Castilla hasta que capituló ante el rey  Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico  en febrero de 1522.

Unos acontecimientos que tuvieron a Toledo como símbolo de este movimiento, como el alfa y omega de la Guerra de las Comunidades . Una ciudad que este año se encuentra inmersa en plena celebración del VIII centenario del nacimiento del rey Alfonso X el Sabio , pero que, sin embargo, ha realizado pocos actos en conmemoración de la revuelta comunera. Ni siquiera, tal y como recuerda Engel de la Cruz a ABC, la erección de una estatua dedicada a María Pacheco, como tantas veces ha anunciado ya el Ayuntamiento de Toledo .

La única institución que ha organizado un programa conmemorativo son las Cortes de Castilla-La Mancha, que tuvo su acto central en Toledo el 19 de abril de 2021, coincidiendo con los días anteriores al V centenario de la batalla de Villalar. «Me parece absolutamente inexplicable que se haya hecho tan poco para recordar estos hechos», se queja la autora del libro ' Comuneros. La Revolución de Castilla ' (Editorial Almuzara), un ensayo en el que ahonda y escribe igual de apasionada que habla de la considerada por muchos como la «primera revolución de la Edad Moderna». El último paradigma sobre este hecho histórico es el que impuso el historiador José Antonio Maravall , que la definió en los años 60 del siglo XX como «la primera revolución burguesa», una tesis que luego aceptó y desarrolló el hispanista Joseph Pérez , el considerado por muchos el mejor conocedor de las Comunidades de Castilla.

Según defiende Engel de la Cruz , «todos nos deberíamos sentir herederos de los comuneros porque lo que defendían eran unas reivindicaciones justas y muy revolucionarios para la época». Entre ellas, estaban reducir los impuestos, reducir el gasto público, una mayor participación política de las ciudades o limitar el poder absoluto real y de la nobleza, siendo uno de sus principios «diferenciar entre el rey y el reino».

Desde la muerte de la reina Isabel la Católica y su problemática sucesión hasta el encierro de Juana la Loca y la llegada de un rey adolescente extranjero, como fue Carlos I de España y V de Alemania; desde las Cortes de Santiago de Compostela a la batalla de Villalar, el libro va desgranando con la precisión de un escalpelo los entresijos del que fue el primer experimento revolucionario moderno en España y Europa.

Un movimiento comunero que, sorprendentemente, no sólo logró aglutinar a algunos estamentos de la sociedad como la iglesia, parte de la burguesía urbana, el pueblo llano y algunos nobles, sino que atrajo a personas ilustres como María Pacheco, una mujer adelantada para su época. Hija de Juan Pacheco, I marqués de Villena , fue una noble muy culta con conocimientos de latín, griego, matemáticas, letras e historia, pero lo que dejó todo para seguir los pasos de su marido, Juan de Padilla, por la causa comunera.

Engel de la Cruz, autora del libro 'Comuneros. La Revolución de Castilla'

«En unos tiempos que se reclama con tanto fervor el papel de la mujer, no entiendo por qué no se recuerda más a una figura femenina que ya estaba empoderada en pleno siglo XVI», afirma la autora de 'Comuneros'. Un libro en el que se recogen, aparte de los acontecimientos en sí de este episodio tan importante de la historia de España y de Europa, algunas curiosidades poco conocidas como el hecho de que el color morado de la bandera republicana española es en honor a este movimiento, que tuvo su réplica en el siglo XIX con sociedades secretas como los ' Hijos de Padilla ' en honor al líder de la revuelta y que estaban relacionadas con la masonería.

Pero también apunta que La Constitución de Cádiz, aprobada el 19 de marzo de 1812, festividad de San José, conocida por eso como la Pepa, hunde sus raíces en la Ley Perpetua de Ávila , una «protoconstitución» aprobada en 1520 por la Junta de Procuradores de las Comunidades castellanas. Un texto legislativo que también sirvió de reflejo para la Convención de Filadelfia en 1787 para la Constitución de los Estados Unidos de América tras su declaración de independencia.

Para recordar a los comuneros , Engel de la Cruz vuelve a la plaza de Padilla de Toledo, donde estudió Humanidades y donde se encuentra la estatua erigida en 2015 dedicada al líder comunero, que espera un reconocimiento igual para su mujer en la ciudad. La plaza y la facultad de la Universidad de Castilla-La Mancha ocupa el solar en el que se levantaban sus casas y que los realistas sembraron de sal para intentar que su figura fuera olvidada para siempre, o no.

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