Castilla-La Mancha
La desesperada situación de un camionero de Castilla-La Mancha en el Reino Unido
Cristian Hanganu se encuentra desde hace cinco días en la Autovía M-20, cerca del Canal de la Mancha, desde donde cuenta su historia personal
Ni en sus peores sueños, Cristian Hanganu, conductor de 45 años y trabajador desde hace cinco de la empresa Transportes AMA de Campo de Criptana (Ciudad Real), pudo imaginar que su viaje programado para llevar frutas y productos perecederos a Manchester (Reino Unido) terminaría con su camión retenido en la autovía M-20, cerca del túnel del Canal de la Mancha, la vía principal para el viaje de regreso por carretera que debía iniciar hasta llegar a Castilla-La Mancha y, más concretamente, hasta Campo de Criptana donde se ubica la empresa para la que él trabaja.
A través de la línea telefónica, Cristian ha confesado a ABC que los cinco días que lleva estacionado en un aparcamiento, con escasos víveres y sin apenas información sobre cuándo podrá regresar a su casa , están mermando su resistencia física y mental porque -asegura- el mal tiempo, la lluvia y la niebla, «me deprimen muchísimo y creo que no podré volver a ver a mi familia hasta el próximo año», se ha lamentado.
Además, este conductor que abandonó su país natal Rumanía para buscar una vida mejor en España, se muestra muy agradecido de que sus jefes y compañeros de empresa le llamen a diario para darle ánimos, al igual que a sus otros 13 compañeros que también están retenidos por diferentes puntos del Reino Unido.
«Nadie nos dice nada y aquí hay mucha desinformación. Unos dicen que nos van a hacer una PCR, otros que están buscando una solución, pero mientras tanto no podemos comprar ni comida, ni ducharnos. Nos sentimos abandonados porque la pandemia no nos da una tregua», afirma Cristian, padre de dos niñas: María Magdalena (15 años) y Ana María (8 años), mientras reconoce que estos días «no son los mejores de mi vida».
Lo que peor que lleva -ha confesado- es que el cierre con Francia se produjo media hora antes de que su camión llegara hasta el lugar donde tenía que embarcar. Después de largas horas de conducción, la frustración y el enfado entre otros camioneros españoles ha hecho que se fortalezcan los vínculos de amistad entre ellos. «Nos tenemos que turnar para ir andando hasta un área de servicio y poder comprar algo de comida», ha remarcado para reconocer que él también tiene miedo por la nueva cepa. «Mi ilusión es llegar a mi casa y abrazar a mi mujer, Nastassia y a dos mis niñas». De momento, insiste en que pasará la noche de Navidad «blindado» en su camión.
«Bastante peor»
Cristian ha afirmado que la situación que están padeciendo sus compañeros «es bastante peor» que la suya. En su caso, puede comprar comida y hacer una planificación del uso de las mascarillas, geles y guantes. «Aunque estoy muy incómodo en mi camión, por las medidas de la cabina, hay compañeros a los que se le han acabado las provisiones, no se pueden asear y están tirados en plena autovía», ha explicado este camionero, que a sus 40 años ha explicado que su rutina -desde hace cinco años- era hacer un viaje de ida y vuelta, que podía durar entre dos días y medio y tres. «No estábamos preparados para ver esta situación y todos tenemos muchos sentimientos encontrados».
«Ahora mismo todo son preguntas porque nadie hace nada, ni nos informan de nada. No creo que en dos días se disuelva este atasco. Son 15.000 camiones bloqueados. Gente que no se esperaba situación», ha explicado Cristian, que ha visto cómo a muchos de sus compañeros los han tenido que recoger las ambulancias por problemas respiratorios y de ansiedad. «Veo a camioneros que son fuertes, pero ahora están mal porque todo se les está viniendo el mundo abajo. Queremos llegar a Francia. Estando allí sentimos que ya estamos a un paso de nuestra casa», ha manifestado, mientras ha recordado que estas fiestas tan especiales, «es mejor disfrutarlas con la familia».
Se calcula que hay entre 10.000 y 15.000 camiones retenidos por el cierre de fronteras entre Francia y Reino Unido.
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