Democracia y Estado

El profesor Carlos Rodríguez Braun acaba de publicar un magnífico artículo titulado «Banca y Gobierno», en el que replica los desbarres en materia económica del presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, publicados en su blog bajo el nombre de «El gobierno de la banca». Morales cree que «el sistema financiero pone y quita gobiernos y decide las políticas públicas, movido puramente por la codicia y sin ningún tipo de pudor. La democracia, la justicia social, el Estado de Bienestar son, por supuesto, meras rémoras que no generan sino molestias y obstáculos para sus prácticas mercantiles». Y añade que «el neoliberalismo habrá conseguido así reducir el Estado y la democracia a la mínima expresión».

Sin entrar a hablar de la mentira de que el sistema financiero es el que nos gobierna, habría que hacer hincapié en lo que sabe todo el mundo y nos recuerda el doctor Rodríguez Braun: la democracia en el mundo sigue avanzado y los Estados son cada vez más grandes.

Sin embargo, esto no significa que para que haya más democracia tendría que haber más Estado ni que para que haya más Estado tiene que haber más democracia, como aparentemente hace ver el señor Morales.

Democracia y Estado son cosas distintas. Desgraciadamente, en la actualidad no ha avanzado la democracia y no se ha reducido el Estado aumentando así nuestras libertades. Es más, muchos continúan usando la democracia para ampliar el Estado y reducir las libertades de los ciudadanos. Tal como sucediera en el pasado con las tiranías socialistas de Hitler, Stalin o Mao, la mayoría de los enemigos de la libertad han utilizado la democracia para tomar el poder e incrementar así el tamaño y el poder del Estado. Recuerden que quien creó un muro para impedir que sus ciudadanos abandonaran el paraíso socialista no fue Alemania Federal, sino la mal llamada Alemania Democrática.

Por esta razón, los nuevos socialistas, como el señor Morales o el afamado Pablo Iglesias, que defienden lo mismo que los viejos, olvidan que la democracia fue creada para la protección de derechos y libertades de los ciudadanos, desdibujan su concepto y la utilizan para el crecimiento del Estado, del poder político y, por lo tanto, para la destrucción de las nuestras libertades.