La izquierda sale en tromba pidiendo el cese del delegado del Gobierno en Aragón

El asesinato de una mujer a manos de su exnovio—que luego se suicidó—, ocurrido el pasado lunes en un bar del barrio zaragozano de Miralbueno, ha sido aprovechada por los partidos de izquierdas para solicitar la dimisión del delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde.

La Chunta (CHA), el PSOE y Podemos han reclamado que Alcalde cese en su cargo, que ocupa desde hace cuatro años, por considerar que debe asumir responsabilidades políticas por lo ocurrido. La víctima no tenía protección policial permanente porque, en aplicación de los protocolos que se aplican a maltratadas, se determinó que había un «riesgo ínfimo» de que fuera agredida por su exnovio, pese a que la había amenazado de muerte un par de semanas antes de que acabara con su vida.

El hecho de que él viviera a 470 kilómetros de distancia del domicilio zaragozano de su exnovia fue lo que hizo concluir a las autoridades que el nivel de riesgo era mínimo y que, por tanto, la mujer no precisaba de protección policial permanente, según explicó el propio Gustavo Alcalde horas después de producirse el crimen. El asesino vivía en Medina del Campo (Valladolid) y se consideró suficiente con la orden judicial que le prohibió aproximarse a menos de 500 metros de su exnovia.

A la petición de cese realizada por PSOE, CHA y Podemos se ha unido también Zaragoza en Común (ZEC), la coalición liderada por Podemos e IU, que gobierna en el Ayuntamiento de la capital aragonesa gracias al respaldo de investidura que le dio el PSOE tras las elecciones municipales de mayo del año pasado.