Arte

Una decena de expertos indagan en las telas más valiosas y antiguas de Calatayud

Los reposteros de la Colegiata de Santa María, al laboratorio. Se cree que se hicieron para recibir al emperador Carlos V

Una restauradora, durante el desmontaje de los reposteros que se realizó hace cuatro años ABC

Roberto Pérez

Durante siglos colgaron de las paredes del altar mayor de la colegiata de Santa María de Calatayud . Son siete reposteros, siete telas de bellísima confección y de un valor excepcional , pero castigadas peligrosamente por el deterioro. Comidos por el polvo y en un delicadísimo estado de conservación, estos reposteros fueron descolgados y embalados hace cuatro años, para guardarlos mientras la colegiata está en obras. Ahora, una de esas valiosas telas, auténticas joyas textiles, va a ser restaurada con financiación de la Diputación de Zaragoza. Y el proceso, entre otras cosas, incluirá una investigación con técnicas de laboratorio para indagar en el origen de esas telas.

Fueron confeccionados mediante la técnica textil del repostero, de ahí su denominación. La tradición dice que, dado su estilismo renacentista -con reminiscencias del gótico tardío- esas telas fueron confeccionadas a principios del siglo XVI. Y se cree que fueron encargados específicamente por la nobleza local para engalanar la ciudad y recibir por todo lo alto al emperador Carlos V . Éste visitó Calatayud en abril de 1518 y la tesis que más ha cundido hasta la fecha es que aquellos reposteros se hicieron para la ocasión.

Un nutrido equipo de especialistas

Ahora, un equipo de expertos va a indagar en esos tejidos. Se van a tomar muestras, se van a someter a investigaciones y análisis de laboratorio, y se va a desentrañar el origen de esos tejidos. Es decir, ponerle fecha a esas joyas textiles y, así, confirmar si efectivamente cuadra con la tesis de que fueron elaborados coincidiendo con la visita que Carlos V hizo a Calatayud.

«El plan de restauración va a incluir un análisis de la composición de este repostero, se va a hacer una evaluación patológica de la tela y un estudio analítico e histórico», ha explicado a ABC la restauradora Arantza Platero , de la firma Alet Restauración, en cuyo taller de Madrid se va a realizar el trabajo. Ella y otros cuatro expertos forman el equipo que se va a encargar de salvar y recuperar el esplendor de esta joya textil de la historia de Calatayud.

Además de esos cinco restauradores, en este proyecto intervienen expertos en laboratorio, que serán los encargados de las analíticas . Y a ellos se añadirán tres especialistas más: un experto en heráldica , que estudiará la simbología que incorpora esa tela en concreto; una conservadora que desvelará cómo se confeccionó la tela a partir del estudio de detalle de los ligamentos internos del tejido ; y otro especialista que se encargará del estudio histórico de la tela .

«Se van a analizar tanto las fibras textiles como los colorantes que se les aplicaron y los mordientes que se utilizaron, las sustancias que se usaban para que los colorantes se adhirieran a la tela», explica Arantza Gracia. «Esos detalles son muy importantes, porque en cada época se usaban unos mordientes distintos», de ahí que ayuden decisivamente a fechar estas joyas textiles.

Embalados desde hace cuatro años

Desde hace cuatro años, los siete reposteros se guardan, embalados, en la Colegiata de Santa María. Su desmontaje fue realizado en 2014 por la misma empresa a la que ahora se ha encargado la restauración de una de esas joyas textiles, la firma Alet Restauración de la que forma parte la especialista Arantza Platero. El delicado trabajo de desmontaje y embalado costó más de 5.000 euros.

Aquello se hizo para protegerlos, pero los expertos advirtieron que el delicado estado de conservación de esas telas urgía a encarar su restauración. Varios años después, pasa por «quirófano» la primera de ellas.

La restauración de este repostero se ha demorado considerablemente. Hace más de un año que el Ayuntamiento anunció que iba a encargarse ese contrato, pero ha sido ahora cuando se ha adjudicado.

«De los siete reposteros, el que se va a restaurar es el que se encuentra en peor estado de conservación», ha explicado Arantza Platero. «Por eso se ha decidido que sea el primero en ser restaurado», afirma.

Los trabajos se prolongarán durante cuatro meses y costarán 28.499 euros. La mayor parte del coste, el 60%, será sufragado por la Diputación de Zaragoza. El resto será cubierto a partes iguales entre la Diócesis de Tarazona y el Ayuntamiento bilbilitano.

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