Los socios independentistas de Sánchez: «Nada que celebrar»

Arnaldo Otegui exige una «Constitución hecha y votada por vascos»

Manifestación por la independencia del País Vasco, ayer en Bilbao A.M.

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«Hoy no hay nada que celebrar» , fue la consigna que repitieron ayer los socios independentistas de Pedro Sánchez, que sin embargo no dejaron pasar la oportunidad de utilizar el escaparate que brinda el Día de la Constitución para reivindicar «las repúblicas» de País Vasco y Cataluña.

Aunque lo cierto es que más allá de las movilizaciones puntuales y de algún tímido intento de boicot a las celebraciones del 6-D, no hubo grandes aspavientos en la jornada de ayer. Como es habitual, las formaciones nacionalistas y soberanistas vascas y catalanas no tomaron parte en los actos de celebración de una Constitución que, desde la sede del PNV de Bilbao, el portavoz de los nacionalistas en el Congreso, Aitor Esteban, catalogó de «secuestrada e incumplida» .

Con el permiso del PNV, la voz cantante de las fuerzas beligerantes con la Constitución en el País Vasco la llevó Arnaldo Otegui, coordinador general de Bildu, quien dio por caducado el «régimen del 78» y defendió « una Constitución hecha por vascos y vascas en un proceso constituyente votado por vascos y vascas».

Más allá de reafirmarse ante sus simpatizantes como una formación antisistema pese a sus pactos en el Congreso, las manifestaciones que los herederos de la extinta Batasuna llevaron ayer a cabo en la autonomía vasca guardaban el objetivo de lanza hacia Moncloa el mensaje de que no rebajarán la presión para satisfacer sus intereses soberanistas. Entienden, como dijo esta misma semana Otegui, que la ocasión que se presenta con este Ejecutivo es única , como también lo es el contexto político y social provocado por la pandemia.

Con menos formalismos se anduvieron las juventudes del nacionalismo radical vasco, representadas en Ernai. Se trata de la misma organización que la emprendió a «hachazos» contra la Constitución española en un vídeo difundido a primeras horas de este sábado. Sus simpatizantes marcharon por diversas ciudades vascas y navarras para reivindicar la secesión. Y de paso, también el acercamiento en masa de los presos de ETA . Fueron manifestaciones aguadas, como lo estuvo el propio día, por la baja participación. En el caso de la de Bilbao, apenas medio centenar de personas se congregó frente a la sede de la subdelegación del Gobierno y ante una importante presencia policial.

Ataques a la Justicia

Tampoco en Cataluña hubo grandes movilizaciones en contra de la Carta Magna. Junts per Catalunya (JpC), la CUP y ERC apenas levantaron la voz, más allá de unos cuantos tuits para contentar a su parroquia.

Esquerra, socio de Sánchez para la aprobación de los Presupuestos, lanzó algún que otro improperio a través de Teresa Jordà, consejera de Agricultura de la Generalitat y candidata de ERC por Gerona -la Constitución está «suscrita pero el fascismo más cacique, carca y demofóbico» -, pero en general mantuvo un perfil bajo. Arrimando el ascua a la única cuestión que en estos momentos es capaz de unir al secesionismo, la situación de los líderes políticos presos, a quienes el Tribunal Supremo ha denegado el tercer grado , Pere Aragonès - vicepresidente y presidente en funciones de la Generalitat- repitió que «la Justicia solo es imparcial con la extrema derecha» . «Solo hace falta ver el Tribunal Supremo para comprobar que no es así», dijo el republicano en un vídeo colgado en las redes sociales.

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