Miles de personas se manifiestan contra la OTAN en la capital a tres días de la Cumbre de Madrid

Enrique Santiago, secretario de Estado, participa en la protesta, pero asume un rol muy secundario

Cabecera de la manifestación anti-OTAN, en la Gran Vía de Madrid, a la altura de Callao Isabel Permuy
Juan Casillas Bayo

Juan Casillas Bayo

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Convocadas por la plataforma ‘OTAN no’ y acompañadas por el buen tiempo que reinaba este domingo en la capital de España, sol y 23ºC, miles de personas han salido a las calles a protestar contra la Cumbre de la OTAN que acogerá Madrid estos 29 y 30 de junio . En el aire se respiraba cierta nostalgia, con una mirada a los años ochenta y al referéndum sobre la permanencia de España en la Alianza Atlántica . Una mezcolanza de pacifismo y antimilitarismo que no ha mitigado una guerra presente en todas las manifestaciones : la de las cifras. 30.000 almas según la organización; apenas 2.200 según la Delegación del Gobierno en Madrid –con la socialista Mercedes González al mando–, en un cálculo aparentemente demasiado conservador.

«Fuera de Rota, fuera de Morón, fuera los yanquis del Estado español»

El Gobierno de PSOE y Unidas Podemos corría el riesgo en la manifestación de que se evidenciase una de sus muchas discrepancias. El papel de anfitrión de la Cumbre de la OTAN , la más relevante de los últimos tiempos por la guerra en Ucrania , choca diametralmente con las posiciones antimilitaristas de Unidas Podemos. El espacio liderado por Yolanda Díaz , sin embargo, ha optado por un perfil bajo tras días de revuelo por la presencia del secretario de Estado Enrique Santiago , alto cargo del mismo Ejecutivo que acogerá la cita.

El secretario general del PCE, Enrique Santiago PCE

La asistencia de Díaz, Ione Belarra , Irene Montero e incluso Alberto Garzón habría sido difícil de digerir para Pedro Sánchez , a escasas horas de reunirse con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden , en el Palacio de la Moncloa . No han asistido ministros de Unidas Podemos y tampoco dirigentes de la cúpula de Podemos . Ni un solo cartel, ni un solo rostro reconocible.

La presencia más esperada

Quienes sí han tenido su espacio han sido sendas delegaciones de Izquierda Unida (IU) y del Partido Comunista de España (PCE), que forma parte de IU. Ambas, eso sí, estaban lejos de la cabecera principal y han evitado cualquier afán de protagonismo. La portavoz federal de IU, Sira Rego , ha acudido junto al eurodiputado Manu Pineda , los diputados Miguel Ángel Bustamante y Roser Maestro , y cargos de la ejecutiva federal como Carlos Sánchez Mato . La presencia de IU estaba más que justificada, ha dicho Rego, por el «ADN» de «cultura de la paz» de su coalición. Metros más atrás estaba el PCE , con sus propios carteles y pancartas, y allí se posaban todas las miradas en busca de todo un secretario de Estado.

«Contra la OTAN y su violencia, ahora y siempre, ¡resistencia! Señores de la guerra, fuera de Madrid»

Santiago, también líder del PCE, ha llegado con la marcha ya empezada, ha acudido a la cabecera de su formación para dejarse fotografiar, se ha perdido entre la multitud y ha abandonado la protesta mucho antes de su conclusión sin hacer declaraciones. Nada más. También se han visto políticos como Miguel Urbán , de Anticapitalistas ; el diputado del BNG , Néstor Rego , que encabezaba una sucursal del nacionalismo gallego; y Mireia Vehí , de la CUP , que ha abandonado la protesta a su paso por Gran Vía.

J. C.
J. C.

Más allá del foco político, los miles de asistentes, congregados en Atocha al mediodía, han avanzado hasta Plaza España en un lento recorrido de dos horas y media. Neptuno, Cibeles, Alcalá, Callao y Gran Vía. Un paso tranquilo, pacífico, en el que el amplio despliegue policial apenas ha sido un testigo de excepción de la sucesión de cánticos antimilitaristas que reclamaban disolver la Alianza Atlántica, destinar el dinero de Defensa a educación y sanidad, y terminar con las fronteras y el control migratorio. El salto de la valla de Melilla del viernes, que se cobró la vida de 37 inmigrantes según ONG, ha estado presente y ha servido de ariete contra el Gobierno: «Grande-Marlaska, salta tú la valla» .

«Y ahora que estamos juntos, ahora que se nos ve: ¡abajo la OTAN, que va a caer, que va a caer; arriba el activismo, que va a vencer, que va a vencer!»

A la altura de Cibeles, con la diosa engalanada con banderas españolas y ucranianas en rechazo de la guerra de Vladímir Putin , se han producido gritos contra la Unión Europea (UE), que precisamente acaba de reconocer a Ucrania con el estatus de candidata a formar parte de ella. «La UE mata, la OTAN remata». Aislados manifestantes, disgregados en distintos grupos, tachaban al Ejecutivo de «hipócrita, racista e imperialista», pero eran una nota discordante entre los mayoritarios y clásicos «OTAN, no», «fuera bases» y «gastos militares, para escuelas y hospitales». La marcha, broche de la ‘contracumbre’ anti-OTAN , ha concluido sin incidentes con actuaciones musicales. «No a la guerra, sí a la paz».

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