Iglesias anticipa un ciclo de protestas y «saluda» el cerco a la investidura

«Si tengo ocasión saludaré la movilización, pero el protagonismo es de la gente». Con este eufemismo reiteró ayer el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, su apoyo a la convocatoria promovida por la Coordinadora 25-S que llama a «rodear la investidura» el día de la segunda votación.

«Me parece saludable que los ciudadanos ejerzan sus derechos civiles», respondió Iglesias cuando se le preguntaba por su posicionamiento respecto a la misma, y comparó esta concentración con un precedente bien distinto: «En 1921, una de las primeras movilizaciones de mujeres sufragistas definidas como un movimiento feminista reclamó el voto frente al Congreso». Sobre su propia participación o la de algunos de sus compañeros de partidos Iglesias amparó esa decisión: «Los diputados no tienen restringidos sus derechos civiles y es frecuente y normal que puedan participar en movilizaciones».

Tras su audiencia en Zarzuela con Don Felipe, Iglesias explicó que vería «lógico» que en los próximos meses se sucedan una oleada de protestas contra el Gobierno de Mariano Rajoy. «Creo que estamos en un período en el que se van a seguir produciendo recortes», anticipó Iglesias, quien se aventuró en radiografiar al futuro Gobierno con los «recortes, ineficacia e inmovilismo». Con sus consecuencias: «Cabe pensar que si esto ha ocurrido en los últimos cuatro años, esta trilogía de significantes va a continuar. En ese contexto, es lógico que se articulen respuestas sociales».

Iglesias volvió a reivindicarse ayer como la única oposición al PP frente a una «triple alianza» que a su juicio dará estabilidad suficiente al Gobierno de Mariano Rajoy. «A mi entender no tiene porque haber una legislatura corta», indicó.

El líder de Podemos demostró que prioriza su estrategia de equiparar al PSOE con el PP antes que a la opción de articular una mayoría parlamentaria alternativa que pueda confrontar con el Gobierno. Porque aunque Iglesias aseguró que «seguro que podemos encontrar espacios de acuerdo parlamentario» con el PSOE, fue muy claro sobre el mal momento de las relaciones entre ambas formaciones: «No vamos a contribuir a blanquear a un partido que se ha entregado al PP».

Tras la dimisión de Sánchez los contactos de Podemos con el PSOE se limitan a la actividad en el Congreso. Iglesias volvió a reiterar ayer que no ha hablado con Javier Fernández desde que está al frente de la gestora.