Salvador Sostres

Homs amenaza a ERC con provocar elecciones anticipadas en Cataluña si no hay lista unitaria

Su estrategia es forzar el anticipo de las autonómicas al objeto de dejar que Junqueras no tenga más remedio que quemarse gobernando bajo el yugo de Podemos y de Ada Colau

Salvador Sostres
Barcelona Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El entorno de Francesc Homs, que recuperará las siglas de Convergència para su próxima candidatura al Congreso, tras haber dado por fallido el invento de Democràcia i Llibertat, está amenazando a ERC con romper el gobierno de la Generalitat e ir a elecciones anticipadas en octubre si Junqueras no claudica y acepta la candidatura conjunta para la repetición electoral del 26 de junio.

Es tal la desesperación de Convergència, y de Quico Homs, y ven tan inminente la ampliación de su ya considerable derrota, que han decidido recurrir a los más severos órdagos, como poner fin al proceso independentista si ERC no accede a disimular la insignificancia política de Homs y el hundimiento que todos los sondeos le vaticinan.

Muy apurados tienen que estar los convergentes para recurrir a esta estrategia, calificada de «suicida» por algunos veteranos del partido, conocedores de que todas las encuestas auguran que en caso de presentarse por separado Esquerra y CDC a unas próximas elecciones autonómicas, el líder de los republicanos, y actual vicepresidente de la Generalitat, superaría con autoridad al candidato convergente, todavía por decidir, si en esta ocasión Puigdemont no miente cuando asegura que no va a presentarse. Saldrá en breve publicada una encuesta en este sentido.

Fuentes relevantes de la formación nacionalista aseguran que a pesar de estas poco halagüeñas expectativas, van en serio con sus amenazas y que en caso de que ERC no ceda, su estrategia es forzar el anticipo de las autonómicas al objeto de dejar que Junqueras no tenga más remedio que quemarse gobernando bajo el yugo de Podemos y de Ada Colau. De este modo, CDC tendría uno o dos años para refundarse en la oposición, y crecer en un frente como el que organizó contra los tripartitos; acusando a Junqueras de haberse cargado el proceso independentista por haber preferido satisfacer su vanidad de ser presidente, y presentándose ellos como el partido de las garantías y del orden, y el único capaz de procurarle un buen gobierno a Cataluña.

Hasta ahora, Esquerra ha sucumbido casi siempre a la presión convergente, especialmente en los momentos más cruciales. Junqueras dio credibilidad al falso referendo del 9 de noviembre, cuando era el primero que sabía que fue no más que una patochada que mancillaba de la peor manera la credibilidad del proceso independentista; y sucumbió igualmente cuando aceptó la fórmula electoral de Junts pel Sí, que solo sirvió para disimular la decadencia convergente, el rechazo que Mas genera en las urnas, y que de hecho significó que la suma de los dos partidos pasara de 71, la última vez que se presentaron por separado, a 62 cuando en septiembre lo hicieron juntos. En ambos casos, el presidente de Esquerra era consciente del fraude con el que le hacían comulgar los convergentes, pero no tuvo la valentía de enfrentarse a ellos, ni a su ejército de periodistas comprados que iban a construir el más falsario de los relatos.

En esta ocasión, pero siempre de momento, Junqueras ha rechazado las gruesas amenazas de Convergència, aunque la presión sólo ha hecho que empezar y no sería la primera vez que Esquerra se rinde en el último minuto.

Ver los comentarios