El presunto asesino de Manuela Chavero vuelve al lugar del crimen

Los agentes trasladan al detenido desde la cárcel en busca de «objetos y soportes informáticos»

Eugenio Delgado, sospechoso de la desaparición y muerte de Manuela Chavero EFE

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La Guardia Civil está registrando desde primera hora de la mañana la vivienda de Eugenio Delgado , de 28 años, en Monesterio (Badajoz) en presencia del detenido que ha sido trasladado desde la cárcel provincial. Delgado fue arrestado el 17 de septiembre por la UCO acusado de la desaparición y muerte de Manuela Chavero , su vecina, ocurrida en julio de 2016 en mitad de la madrugada.

El sospechoso declaró que Manoli se golpeó en la cabeza durante un forcejeo en la vivienda que ahora se está registrando, se asustó y decidió enterrarla en un encinar de su propiedad a seis kilómetros del pueblo. Hasta allí condujo a los investigadores que localizaron los restos de la mujer en una zorrera, marcada por el presunto autor del crimen.

Los agentes de Criminalística ya realizaron en septiembre una minuciosa inspección ocular en esa vivienda en la que Delgado vivía solo, pero se centraron en la obtención de posibles restos biológicos (los perros especializados marcaron varios rastros de sangre). La diligencia de hoy que durará varias horas, según confirmaron fuentes de la investigación, está encaminada a buscar otro tipo de indicios que se pudieron pasar por alto hace dos meses . En la misma está presente la secretaria judicial, pero ninguno de los letrados de la causa.

El juez de Zafra, instructor del caso, dictó ayer un auto de entrada y registro en la vivienda de Delgado, en prisión sin fianza por los presuntos delitos de detención ilegal y homicidio . En el mismo fundamentó que la diligencia está dirigida a buscar «elementos materiales y soportes informáticos» de interés para la investigación, sin más concreciones.

La autopsia preliminar no fue concluyente en cuanto al mecanismo de la muerte, pero la sospecha de los investigadores es que Delgado, obsesionado con su vecina, intentó agredirla sexualmente tras citarla en su casa de madrugada con el pretexto de devolverle una cuna que la mujer le había prestado. En el nuevo registro los agentes se centrarán especialmente en hallar algún objeto incriminatorio en este sentido.

Delgado se sabía en el foco de la investigación. Tanto que la misma mañana de su detención intentó que lo recibiera un abogado de Sevilla para asesorarse sobre qué le esperaba si se entregaba, según ha podido confirmar ABC en fuentes de su entorno. El letrado no pudo atenderlo personalmente porque tenía juicio , pero hablaron por teléfono, el sospechoso le planteó varias dudas y el abogado lo emplazó para recibirlo más tarde. Los investigadores, ante el cariz de esa conversación, optaron por no esperar más y arrestarlo cuando regresó desde Mérida a una hípica que frecuentaba cerca de Monesterio (Badajoz).

Mientras los agentes conducían al sospechoso de la desaparición de Manuela (en julio de 2016) en el coche policial hasta el cuartel de Zafra le dejaron claro que conocían sus intenciones. El juez de instrucción había autorizado que se le interviniera el teléfono cuando se convirtió en el principal objeto de las pesquisas y sus erráticos pasos de las tres semanas anteriores apuntalaron esa sospecha. Antes había sido interrogado en cuatro ocasiones.

Pero no solo habló con ese letrado. Unos días antes también consultó a varias personas de su entorno más cercano. Llegó a decir que estaba pensando en quitarse la vida y que no aguantaba más. Un argumento, como adelantó ABC , que reiteró en su declaración -«me he quitado un peso de encima», dijo- en la que admitió haber desnudado y enterrado a su vecina Manuela Chavero, pero negó haberla matado e insistió en que ella se golpeó cuando discutieron y forcejearon con una cuna que la mujer le había prestado hacía tiempo y que supuestamente le iba a devolver aquella madrugada de julio de 2016.

El pasado mes de agosto, cuatro años después de la desaparición de Manuela , Delgado empezó a preocuparse. La hermana de la víctima, Emilia Chavero, desveló que había recibido una carta anónima que apuntaba a alguien del pueblo. En realidad lo que llegó a la casa de la madre de ambas fue una estampa religiosa, una imagen con una frase impresa.

Solo unos días después, el 27 de agosto, el joven pudo ver el despliegue que hizo la Guardia Civil en torno a la casa de Manuela y a la vista de todo Monesterio, con registro de la vivienda y mediciones en la calle incluidas .

Esos dos hechos consecutivos lo pusieron nervioso. Se sabía señalado y aunque mantuvo la precaución en sus comunicaciones comentó a algún allegado que pensaba viajar a León para conocer al hijo de su hermana María, que aún no había cumplido un mes, y para ver a su madre. Su siguiente paso fue hablar con su entorno más cercano -los términos en los que lo hizo no han trascendido ni si admitió su culpabilidad- y finalmente con el abogado de Sevilla, la misma mañana de su arresto .

Sin embargo, fuentes cercanas a él aseguran que no pensaba huir como demuestra el hecho de que no hubiera tomado ninguna medida para administrar sus numerosas tierras (casi 300 hectáreas) y su ganado. Y añaden que decidió declarar y llevar a la Guardia Civil hasta la tumba de Manoli pese a que el abogado que lo asistió en el cuartel le recomendó que guardara silencio.

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