Imagen de una reunión de Manuela Carmena y Pablo Iglesias en 2015
Imagen de una reunión de Manuela Carmena y Pablo Iglesias en 2015 - JAIME GARCÍA

Echenique dirige la purga para controlar la sucesión de Carmena

Dejará la política aragonesa tras el verano para ejercer como número dos de Iglesias en Madrid

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Pablo Echenique vuelve a Madrid. Después del verano dejará la política aragonesa y se asentará en la capital para ejercer de verdadero número dos de Podemos. Pablo Iglesias le ha pedido que dirija un proceso muy sensible para los populistas: controlar las candidaturas municipales y autonómicas para las elecciones de 2019. Que se ha tomado muy en serio esa labor lo demuestran dos decisiones que tienen a Echenique como máximo cerebro: el descabezamiento de parte del equipo de Manuela Carmena en Madrid expedientado por no contribuir económicamente al partido y la puesta en marcha del censo de militantes y la creación de carnés de simpatizantes que permita a la cúpula de Podemos conocer la identidad de sus seguidores.

Antes del próximo mes de febrero Podemos celebrará sus primarias municipales. La dirección populista está muy preocupada por la autonomía con que está operando la plataforma Ahora Madrid en el Ayuntamiento de Madrid. Con el argumento de que es una candidatura ciudadana de unidad popular y no un partido político, sus concejales viven de espaldas a la disciplina de Pablo Iglesias. Esa distancia jurídica ha generado un conflicto ético: la negativa de siete ediles de Ahora Madrid a donar parte de su salario al partido en cumplimiento del reglamento de 2015. Esos cargos públicos y una asesora fueron expedientados y uno de ellos, Guillermo Zapata, optó por renunciar.

Contra la indisciplina

Detrás de esa depuración está Echenique, que tiene la orden de atajar cualquier conato de indisciplina por parte de los concejales de Carmena. Tras la renovación de la dirección autonómica madrileña, en la que triunfó Ramón Espinar, afín a Iglesias, y perdió la portavoz de Carmena, Rita Maestre, el diputado aragonés planea ahora confeccionar la candidatura municipal, que cuenta con un solo concejal leal a Iglesias. Podemos quiere dar la vuelta a esa situación y situar en la candidatura a la Alcaldía, si finalmente no repite Carmena, a un miembro del núcleo duro de la formación, que podría ser Íñigo Errejón, nominado por el propio Iglesias para ello cuando le derrotó en la Asamblea de Vistalegre 2.

Errejón tiene cada vez menos posibilidades de rodearse de fieles para el ticket madrileño

El mensaje a los concejales díscolos expedientados, entre los que se encuentran Zapata, Celia Mayer y Javier Barbero, que ya han presentado su propio proyecto Madrid 129 para resucitar el espíritu que llevo a Carmena a vencer a Esperanza Aguirre, es diáfano: quien se mueva no saldrá en la foto electoral de 2019. Ni Iglesias ni Echenique están dispuestos a que parte de ese dinero que no se entrega a Podemos sirva para financiar a asociaciones o grupos vecinales que concurran finalmente a las primarias y puedan hacer valer su candidatura frente a la oficialista.

Errejón, además, también presiona a la dirección para poder armar una candidatura municipal con posibilidades de éxito. En ese contexto se inscribe la controvertida decisión de exigir a los inscritos que verifiquen su filiación con su documento de identidad. Errejón tiene cada vez menos posibilidades de rodearse de fieles para el ticket madrileño. Si finalmente es candidato, bien sea a la Comunidad o al Ayuntamiento, lo haría con las manos atadas tanto por Ramón Espinar como por Pablo Echenique. La caída de portavoz en la Asamblea, José Manuel López, cercano a Errejón, fue un primer aviso. Y ahora Echenique ha tomado las riendas de la carrera preelectoral de Podemos en Madrid. Mantener la capital de España es básico para llegar con oxígeno a las generales.

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