La alegría, la esperanza

Salvador Sostres

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Recién salido de almorzar en Elkano. Hoy es un día importante en Guetaria, porque llegará el buque escuela Juan Sebastián Elcano. Desde la terraza del restaurante hemos visto como todo el mundo baja al puerto para recibirlo. Algunos visten una camiseta amarilla con una ancla invertida y algo que recuerda -y creo que no me paso de suspicaz- a la serpiente de ETA. Guetaria, Gerona. País Vasco, Cataluña.

Es cierto que hay algunas, bastantes camisetas amarillas y algunas pancartas parecidas sobre todo en el casco antiguo. Incluso algunas esteladas. Pero hay mucha más gente feliz de recibir al buque, sin insignias de ninguna clase. Es cierto que hay protestones, pero hay mucha más ciudadanía pacífica, civilizada y respetable. Júbilo por el buque escuela, por la historia compartida, por el progreso de la Humanidad que encarna. Hemos traído nuestras vidas aquí, para contarlas.

Hace tiempo que el País Vasco se ha acostumbrado a este ruido, molesto pero menor, y ha aprendido a minimizarlo, o a vivir como si no importara, porque de hecho no importa. Hay malas caras, tatuajes y pearcings, camisetas sin mangas, enfados cuya causa nadie recuerda pero continuamos enfadados y este enfado lo hemos convertido en el argumento de nuestra vida.

Este es el destino de Cataluña, esta batasunización light, este aprender a minimizar el ruido hasta darlo por descontado. Es triste como el sonido de un tren en la distancia que en el fondo todos sabemos que no va a ninguna parte. Nos espera una larga travesía de vulgaridad y de malgastar una inconcebible energía en propósitos completamente inútiles, un enfado que convertido en algo positivo daría incalculables frutos.

Existen las camisetas y los lazos amarillos. Existen los enfadados. Y siempre existirán, y no por Cataluña o por el País Vasco, sino porque hay gente que sólo sabe vivir en el enfado y no tiene ninguna idea constructiva, tal vez porque les supondría demasiado esfuerzo.

Llega el Juan Sebastián Elcano. Júbilo en Guetaria. De fondo, muy al fondo, algunos gritan, pero nadie les hace caso, y no empañan ni la alegría ni la esperanza.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación