Nepotismo, el otro pecado capital delos nuevos regidores

El nepotismo ha resultado ser uno de los «pecados capitales» de los nuevos gobiernos municipales, surgidos tras pactos entre partidos en los últimos comicios del 24-M. Tanto Madrid como Barcelona han registrado casos de contratación de familiares directos de altos cargos e incluso de las propias alcaldesas, sin que la presión social ni las críticas hayan conseguido paralizar estas actuaciones.

En sus cien días de gobierno, Manuela Carmena ha demostrado predilección por la práctica del nepotismo. Primero con su sobrino político, Luis Cueto Álvarez de Sotomayor, y esta semana con Luis Maestre, el padre de su portavoz, Rita Maestre. Este ejercicio no infringe la ley ni el código ético de Ahora Madrid, pero la justificación de tratarse de dos funcionarios de carrera de gran valía tampoco disipa las críticas.

Discriminación

Carmena no cree que sea una cuestión de «enchufismo». «Rotundamente no. ¿Por qué? Porque si hay alguien interesado en conseguir los mejores funcionarios somos nosotros», dijo en el Foro ABC el martes. La alcaldesa considera que, mientras no se establezca un mecanismo que evite este tipo de coincidencias, no existe razón para impedir que familiares ocupen cargos de la Administración. Sostiene que no otorgarles determinados puestos por ser parientes sería un motivo de discriminación y podría acabar en los tribunales.

A Cueto, el hombre de confianza de Carmena, además de ser coordinador de la alcaldía, se le otorgó la presidencia de la junta rectora de Ifema el pasado 4 de agosto -sin percibir remuneración-. Al padre de Rita Maestre, licenciado en Geografía e Historia, se le ha colocado al frente de la nueva subdirección de Atención al Contribuyente del Ayuntamiento de Madrid, ascendiéndolo al máximo nivel en la escala de funcionarios de la Administración. El argumento que ha utilizado el ayuntamiento para justificar su fichaje es que Alberto Ruiz-Gallardón lo puso en la Oficina de Atención Integrada al Contribuyente. Entonces tenía un puesto de categoría 29 (cobraba 63.506 euros brutos anuales); ahora ascenderá hasta el nivel 30 (con una retribución de 70.512 euros).

En Barcelona también se han dado casos de «enchufismo». A muchos sorprendió que en las primeras reuniones entre el Gobierno y la oposición quien llevase la voz cantante fuese Adrià Alemany, pareja de Ada Colau y sin cargo en el organigrama municipal. Luego se supo que Barcelona en Comú, la plataforma electoral con la que ganó Colau las elecciones, le había contratado como asesor.

No fue el único caso, ya que a los pocos días se conoció que Susana Valiño, pareja del primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, también había sido contratada, en este caso directamente por el ayuntamiento en calidad de asesora en la concejalía de Vivienda. Tanto Colau como Pisarello y Valiño proceden del Observatorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, una entidad subvencionada por el consistorio. En ambos casos, la alcaldesa Colau defendió la valía profesional de ambos.