Las autopsias de Laura y Marina no detectan evidencias de una agresión sexual

Los primeros resultados de las autopsias practicadas a Laura del Hoyo y Marina Okarynska no han encontrado pruebas evidentes de que sufrieran una agresión sexual durante el brutal ataque. De momento, como adelantó ABC en su edición del pasado viernes, solo ha podido demostrarse que fueron golpeadas y que murieron estranguladas, la exnovia de Morate con unas bridas.

La posibilidad de que además hubieran sufrido abusos estaba basada en los antecedentes de Sergio Morate, que cumplió año y medio de cárcel por agredir sexualmente, retener y fotografiar desnuda a una antigua pareja.

Si las jóvenes hubieran sido violadas Morate se habría enfrentado a prisión permanente revisable. Al no ser así, será acusado de dos asesinatos, castigado cada uno de ellos con una pena de 25 años de cárcel.

No obstante, las fuentes consultadas por ABC precisan que quedan por conocerse los resultados de los análisis de las muestras recogidas a los cadáveres de las jóvenes, que terminarán por aquilatar tanto la causa de la muerte -estrangulamiento-, como la hora de la misma -entre las cinco y las diez de la noche del jueves 6 de agosto- y si hay algún resto biológico de terceras personas.

El estado de los cadáveres, muy deteriorados por la acción de la cal viva y de las altas temperaturas que se vivieron esos días en la zona, hicieron que las autopsias fueran muy complejas, especialmente la de Marina. De hecho, se prolongaron durante más de doce horas.

El viernes la Policía volvió al piso de Morate de la calle Río Gritos de Cuenca para hacer una inspección ocular más a fondo, ya que por el momento no hay pruebas objetivas de que el doble crimen se produjera allí, aunque todo apunta a esa hipótesis. Los especialistas de Policía Científica volvieron a rastrear palmo a palmo la vivienda y recogieron muestras.

Asimismo ha comenzado ya a trabajarse sobre el Seat Ibiza de color verde de Morate en busca de cabellos, sangre o algún otro resto biológico de las víctimas o fibras de sus ropas, ya que todo apunta a que utilizó este vehículo para llevar los cadáveres de las jóvenes a las pozas del río Huécar donde fueron encontrados. Por tanto, ahora el peso de la investigación lo llevan los policías de la «bata blanca».