En libertad tras ser imputados los dos españoles que combatieron al Estado Islámico en Siria

Los dos españoles que lucharon en Siria contra el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (EI, o Daesh, según el acrónimo en árabe) han salido libres de la Audiencia Nacional pasadas las cuatro de la tarde, a pie y tapándose el rostro con una camiseta. El juez Eloy Velasco ha acordado su libertad con cargos, a pesar de imputarles un delito de integración en organización terrorista.

Los dos imputados, que fueron detenidos el lunes por la Brigada de Información de Madrid, han reconocido que estuvieron en el llamado YPG, el Ejército del estado de Rojava, en la parte kurda de Siria, combatiendo en labores defensivas contra el EI. En su declaración, ambos se han desligado del Ejército de los Trabajadores del Kurdistán (PPK), una organización considerada terrorista por Estados Unidos y Europa, según fuentes jurídicas.

El juez, sin embargo, les ha impuesto a los dos, a petición de la fiscal Teresa Sandoval, como medidas cautelares comparecencias semanales en el juzgado más próximo a su domicilio, la retirada del pasaporte y prohibición de salir de España, han informado fuentes jurídicas. Al salir de la sede judicial de la calle Prim, ambos imputados se cubrieron con un pañuelo que les facilitaron familiares que esperaban en la salida.

Los dos detenidos, que pertenecen a Reconstrucción Comunista, están acusados de colaboración con organización terrorista, adiestramiento en uso de armas de guerra, manejo de artefactos explosivos y técnicas en guerra de guerrillas. La operación de la Policía pretende evitar un posible «efecto llamada» de jóvenes de entornos de ideología radical, pues ello podría provocar un aumento del riesgo de que españoles pudieran caer en manos de los islamistas y ser utilizados como presión contra España.

En una entrevista concedida a la productora «Cuerdos de Atar», uno de ellos, Álvaro F. R., «Paco», relata que «hemos luchado por una causa noble, y si me quieren meter diez, quince o veinte años no voy a renegar de ello, porque lo que he hecho es una lucha por la Humanidad. No me arrepiento, lo volvería a hacer».

En el mismo vídeo, en el que aparece con un gorro verde y con la cara cubierta por un pañuelo rojo, el mismo asegura que pasaron momentos muy difíciles. «Allí la vida no es fácil; lo hemos pasado muy mal, pero el camarada y yo nos hemos apoyado».