Cristóbal Montoro, en el Congreso de los Diputados
Cristóbal Montoro, en el Congreso de los Diputados - jaime garcía

Cunde el desánimo entre los populares tras la caída de Rato

A un mes del 24-M, el escándalo anula todos los mensajes electorales del PP

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«La campaña está reventada». Es la cruda realidad en la lectura que hacen distintos dirigentes populares después de la investigación en torno al patrimonio y el comportamiento fiscal de Rodrigo Rato. Cuando faltan 31 días para las elecciones del 24-M, los populares se ven castigados por corrupción «hagamos lo que hagamos». El desánimo ha cundido entre las filas del PP, donde se ven abocados a unas elecciones en las que temen recibir en sus propias carnes -esto es, en las instituciones que han gobernado durante años o incluso décadas- el castigo por los pecados de otros.

Da igual, verbalizaba un alto responsable del PP, que prepares mensajes o pienses estrategias para hacer más atractiva la «marca»: «Aunque hayamos superado la durísima situación económica y remontemos, nos ven sólo por el tema de la corrupción».

Nada levanta una losa del peso del «caso Rato», un hombre que lo fue todo en el partido, que acompañó como «figura destacada» a muchos de los actuales dirigentes en los mítines que daban en sus respectivas regiones años atrás. Y si las encuestas hasta ahora no eran demasiado buenas para el partido, «espera a ver las que se hacen después de conocerse lo de Rato», advierten.

La investigación sobre el exvicepresidente económico ha dejado «noqueados» a los populares, incapaces todavía de reaccionar y muy desinflados ante el inicio de una campaña que algunos consideran ya perdida: «No hay nada que hacer». Algunos se han abonado a la tesis de que la filtración del asunto salió del propio partido, pero otros rechazan tal posibilidad porque sería «no un tiro en el pie, sino directamente en la rodilla», perjudicial para todos.

Rivera cae bien

La estrategia de atacar a Ciudadanos tampoco la pueden desarrollar, porque los estudios les indican que «Albert Rivera le cae bien a nuestro electorado», por mucho que altos responsables de los populares vean esta formación como una «operación de marketing» carente de programas y de equipos.

De los resultados del 24-M dependerá que se desencadenen cambios: como resumía un miembro de la cúpula de Génova, «cuando algo está cayendo, no se para hasta que llega abajo».

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