¿Qué significa ser de derechas? ABC traslada esta pregunta a siete políticos
¿Qué significa ser de derechas? ABC traslada esta pregunta a siete políticos
PRIMER PLANO

¿Qué significa ser de derechas? «Para nosotros, la prioridad es la libertad y los individuos»

Políticos del PP, CiU, PNV y UPN analizan el significado de la derecha en la sociedad española actual

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¿Qué significa hoy en día ser de derechas? ABC ha formulado esta pregunta a políticos representativos del centro derecha en España, incluidos los nacionalistas. Es una cuestión sencilla y directa, pero algunos diputados y senadores se han negado a responder.

Otros, como Jesús Posada, Pablo Casado, Alberto Fabra, Montse Surroca, Andoni Ortuzar o Carlos Salvador, y desde el Gobierno Rafael Catalá, explican en los párrafos siguientes qué significado y qué sentido tiene para ellos hablar de derechas o de izquierdas en la España del siglo XXI.

1. Jesús Posada, presidente del Congreso de los Diputados

«Ser de derechas, o mejor yo diría pertenecer a un partido moderno de centro reformista como es el Partido Popular, significa huir de los extremismos y promocionar unos valores en beneficio del futuro del conjunto de la sociedad», sostiene Posada.

A su juicio, «se trata de preservar y mejorar el estado del bienestar con eficacia en la gestión, reducción de impuestos y políticas de crecimiento económico y del empleo, con sentido de Estado y defensa sin tapujos ni ambigüedades de los principios constitucionales».

2. Rafael Catalá, ministro de Justicia

«En la sociedad actual, la principal diferencia entre ser de izquierdas y ser de derechas es la confianza, en qué o en quién se confía», resume el ministro de Justicia. Lo explica así: «La izquierda considera que el Estado debe ser quien resuelva los problemas y ordene las relaciones sociales y económicas. Este enfoque, como hemos visto en España recientemente, puede acabar arrastrando a las personas a una profunda crisis. El Estado no puede ser el único dinamizador de la economía, si no contamos con las personas es difícil poner en marcha un país».

«Para la derecha, la prioridad es la libertad y los individuos, confiar en las personas como dinamizadores de la sociedad», subraya Catalá. Añade que «eso es exactamente lo que está haciendo el Gobierno, promoviendo cambios estructurales que apuesten por la sociedad y que den más protagonismo al individuo, confiando en una sociedad dinámica formada por gente con ideas, capaces de levantar un país día a día y buscando el rostro humano detrás de cada ley que se aprueba».

3. Pablo Casado, portavoz electoral del PP

«Yo me afilié a un partido de centro derecha liberal como el PP porque creo en las sociedades abiertas, en situar a la persona como el centro de cualquier proyecto político y en la libertad como el principio fundamental al que se deben supeditar los demás. Nosotros no pecamos de esa fatal arrogancia de la que adolece la izquierda, y pensamos que son los ciudadanos, y no los burócratas, los que deben decidir qué hacer con su vida, con sus impuestos, con la elección de la educación, de la sanidad, o en su desempeño profesional», afirma Pablo Casado, diputado del PP.

Más a fondo, señala que no conoce «ninguna sociedad que haya progresado sin basarse en el libre mercado y en la igualdad de oportunidades frente al intervencionismo e igualitarismo social. Nosotros no aspiramos a repartir equitativamente la miseria como otros, lo que queremos es crear prosperidad para todos».

4. Montse Surroca, diputada de CiU en el Congreso

La diputada de CiU (UDC) cree que «el debate sobre dónde está la derecha y la izquierda hoy en día está abierto porque posiblemente los partidos tradicionales que identificamos como de derechas o de izquierdas están en crisis por múltiples y distintos factores». A su juicio, «en el espacio de estos partidos tradicionales están surgiendo otras formaciones nuevas que no han sufrido el desgaste de gobernar, de la crisis o del modelo de partidos. Ahora bien, entre esa derecha e izquierda hay un amplio centro moderado que hoy en día se siente huérfano. El gran reto está en dar respuestas a ese centro».

5. Andoni Ortuzar, presidente del PNV

Para el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, la ideología ya no es el factor determinante a la hora de votar. Afirma que su partido es «de corte socialcristiano», y opina que los márgenes entre las principales propuestas políticas del siglo XXI «se han achatado mucho» de forma que «todo el mundo sabe que las elecciones se ganan en el centro y se pierden en las esquinas». Frente a la ortodoxia del dietario ideológico, apuesta por la defensa de «valores», en el eje alternativo de progresismo-conservadurismo. «La etiqueta izquierda-derecha ha muerto, ha sido sobrepasada por la realidad y ya no sirve para clasificar ni a los partidos ni a los votantes. Se es más conservador o más progresista», asegura en declaraciones a Itziar Reyero.

6. Alberto Fabra, presidente de la Comunidad Valenciana

Fabra se define así: «Somos de centro derecha y liberales como lo es la inmensa mayoría de la sociedad. Significa poner a la persona y las familias como clave de bóveda de cualquier iniciativa política. Creer en la libertad individual y colectiva como mejor modo de desarrollarse. Pensar que las empresas son las que deben crear el empleo. Que la administración no tiene que intervenir en todas las esferas de la vida, sólo en las imprescindibles. Es el único modo que permite que prevalezca tu libre opinión frente al monopolio dogmático y el intervencionismo de la izquierda».

7. Carlos Salvador, portavoz de UPN

«En este época de relativismo absoluto, las marcadas líneas divisorias que separaban las ideologías tradicionales se han convertido en espacios difusos que entremezclan decisiones políticas compartidas, más homogéneas de lo que nos empeñamos en defender», sostiene el diputado de UPN.

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