Manifestación proetarra este fin de semana
Manifestación proetarra este fin de semana - EFE

Crisis interna en Bildu ante la irrupción de Podemos

Según los sondeos, un 20% de su electorado se pasaría al partido de Pablo Iglesias

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La irrupción de Podemos en el mapa político español no solo ha puesto en jaque la supremacía de los partidos que tradicionalmente han ocupado el Gobierno. En el País Vasco el efecto de Pablo Iglesias y sus televisivos compañeros ha hecho saltar también las alarmas en el seno de la coalición radical EH Bildu, que en el último medio año ha ido perdiendo el apoyo de los sectores más jóvenes de izquierdas que no se sienten fundamentalmente «abertzales». En especial, en núcleos de población no tan ideologizada en el nacionalismo, como las tres capitales, Álava o los grandes municipios de la margen izquierda obrera de Vizcaya, que ahora ven en Podemos una nueva marca blanca, alejada de la rémora de medio siglo de connivencia con ETA, desde la que promover un cambio de sistema pero sin las anteojeras soberanistas.

La decisión táctica del PNV de no agitar el ambiente a la espera de que se despeje en Cataluña juega también en contra de Bildu.

Aunque en su primera reacción los herederos de Batasuna despreciaron y cargaron con saña contra el último sondeo del Euskobarómetro — «una manipulación grosera», dijeron—, el nerviosismo se ha instalado desde entonces en una coalición, que asume haber llegado «a su tope». Los datos de la encuesta de la Universidad del País Vasco (UPV) indican que Podemos podría restar un 20 por ciento del electorado de la coalición Bildu, la misma merma que sufriría el PSE. «Son datos en abstracto, pero negarlo todo no es solución. Es un toque de atención también para nosotros», admite un dirigente consultado por este diario.

«Soufflé pacifista»

Lo cierto es que en su fuero interno la coalición radical asume que tres años y medio después del supuesto adiós a las armas de la banda terrorista -sin que las haya entregado aún ni asome voluntad alguna de disolución- el «soufflé» de la «paz» que les llevó en mayo de 2011 hasta sus cotas más altas de apoyo electoral, se ha enfriado. Salvo en Guipúzcoa, donde se sienten «blindados», el refuerzo a Bildu en las urnas ante el final de los atentados «se ha amortizado», según los analistas. Ello, por más que el núcleo duro de la vieja Batasuna siga manteniendo sus filas prietas en cuanto al apoyo a los presos de ETA, como se volvió a ver este sábado en Bilbao, con la movilización de cerca de 75.000 personas en Bilbao.

La principal preocupación entre los mandos de Bildu es la constatación de que el objetivo marcado hace tres años de pescar en nuevos caladeros no tradicionales de la «izquierda abertzale» ha fracasado. Y ahora el mensaje de Bildu por presentarse con un registro más amable que el de la vieja Batasuna se diluye ante el empuje de Podemos en toda España. Así, sus dirigentes reconocen que en el terreno de lo «social» es «muy difícil competir» con el mediático discurso de Podemos, que ha calado a fondo también en la sociedad vasca. Hay una reacción que evidencia bien el nerviosismo en filas «abertzales». El olvido de una televisión «estatal» a la hora de incorporar a la coalición radical en su gráfico sobre el Euskobarómetro, donde se valoraba el «tsunami» de Podemos en la segunda posición tras el PNV, irritó a los miembros de Bildu.

«Una cosa es que La Sexta igual que otros medios no invite a EH Bildu a sus debates. Otra, eliminarnos...», se quejó uno de sus portavoces Oskar Matute en su cuenta de Twitter, donde sus simpatizantes se movilizaron en protesta.

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