Análisis

Neurocirugía para el PP

Empieza a ser fundado el temor a que un «efecto contagio» termine por fortalecer seriamente a Ciudadanos en el resto de España, en detrimento del PP y el PSOE

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante un acto en Barcelona la pasada semana REUTERS
Manuel Marín

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Pese a que las reglas del juego impuestas por la Ley D´Hondt no han alterado significativamente la correlación de fuerzas entre bloques en Cataluña, el corrimiento de tierras en la base del electorado catalán sí ha experimentado mutaciones dignas de estudio. De hecho, empieza a ser fundado el temor a que un «efecto contagio» termine por fortalecer seriamente a Ciudadanos en el resto de España, en detrimento del PP y el PSOE. El partido de Albert Rivera, un partido constitucionalista envuelto en la bandera de la unidad de España, ha ganado por primera vez a los partidos independentistas. Ciudadanos ha recibido votos procedentes de un elector tradicional del PP defraudado con el estancamiento de su mensaje y la decepción de sus candidatos, pero también del PSC, castigado en ese segmento de la población por su ambigüedad y la inocuidad de su «tercera vía» entre el separatismo y el «unionismo».

Sin embargo, el PSC ha logrado 70.000 electores más, traducidos en un raquítico escaño alejado de sus expectativas. Probablemente, el socialismo catalán se haya visto beneficiado por un antiguo elector de Podemos, que no percibe en la formación de Pablo Iglesias y Ada Colau una alternativa creíble. Las modas pasan. Pero ha sido insuficiente para los exagerados pronósticos que el PSC se reservó a sí mismo. Demasiado error de cálculo para dos partidos a los que la polarización de mensajes nítidos –a favor y en contra de la independencia– ha penalizado sin duda alguna.

El PP y el PSC han trasvasado votantes a Ciudadanos: el primero, entrando en una crisis de credibilidad profunda con carácter de partido residual en Cataluña, y el segundo, inflando artificialmente la figura de Miquel Iceta. Ciudadanos no solo ha arrebatado votos y banderas… también un concepto de marca que ha desautorizado a los tres partidos mayoritarios del Congreso de los Diputados. Es prematuro avanzar el futuro crecimiento de Ciudadanos en toda España dados sus pinchazos en numerosas autonomías, las dos últimas País Vasco y Galicia. Pero el PP queda en estado catatónico y obligado a una neurocirugía severa.

En el bloque independentista, los excesos de inspiración batasuna y el voto útil han hundido a la CUP, sosteniendo a ERC. El desfase ideológico en este bloque resulta inquietante en la medida en que no resultará fácil dirimir qué votos de un partido de ultraizquierda como ERC recalaron en un partido de derechas como Junts per Catalunya. Solo el voto prestado del victimismo les une… y la mayoría de los 140.000 jóvenes nuevos electores. El adoctrinamiento surte efecto.

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