España es uno de los estados más descentralizados y Cataluña la primera comunidad en asumir las competencias sanitarias. Independientemente de las mejoras de financiación pertinentes, la Generalitat debe rendir cuentas ante los ciudadanos.

El próximo 27 de septiembre están convocadas las elecciones autonómicas catalanas de acuerdo a la legislación vigente. En cinco años se han celebrado tres elecciones autonómicas y con la crisis económica, se han realizado recortes indiscriminados que han castigado a los ciudadanos. Se ha reducido un 14% el presupuesto sanitario (1.400 millones). Se pasa de 1.300 euros por ciudadano en 2010 a 1.120 euros en 2014. Reducción de personal un 7% (2.900 profesionales menos). El salario se reduce el 20%. Con ello se disparan las listas de espera entre 2010 y 2013 en 31.000 pacientes. Los tiempos de espera quirúrgicos aumentan 1,5 meses de media. Las urgencias se saturan y la espera para el médico de familia es de 15 días.

En cambio, en el mismo periodo se han gastado ingentes cantidades de dinero público en publicidad, subvenciones y propaganda independentista de todo tipo. ¿Quién se responsabiliza de ello de la lista de Junts pel Si?

No obstante, los ciudadanos catalanes obtienen una serie de beneficios al formar parte del mismo sistema que el resto de españoles. Cataluña es la Comunidad más beneficiada por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) de España, al ser la primera en trasplantes realizados, aunque ocupa los últimos lugares en donación de órganos. El beneficio es por vidas humanas salvadas y además, Cataluña es la que más ingresa por este concepto (220 millones de 2010 a 2013). Ninguna autonomía podría conseguir los resultados actuales, sin la cooperación solidaria y altruista de otras comunidades. En el hipotético caso de separación de Cataluña del resto de España, perderíamos estos beneficios y de acuerdo a lo establecido se perdería el derecho a la asistencia sanitaria en el resto de España y en Europa.