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Ciudadanos será clave para el PP en cuatro autonomías pero queda por debajo de lo esperado

Rivera opta por un discurso triunfal y reivindica al partido como tercera fuerza municipal de España al haber logrado 1.500 concejales

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Pocas veces un resultado objetivamente positivo había provocado tantos sinsabores. Ciudadanos (C’s) logró ayer representación en los principales municipios del país y en los parlamentos regionales. Todo un hito para un partido que hace apenas un año carecía de implantación más allá de Cataluña y que contaba con solo once concejales en toda España. Pero la sensación de que las expectativas han superado los resultados finales era ayer palpable en el hotel Eurobuilding de Madrid, donde Albert Rivera y su equipo pasaron la noche electoral. Ciudadanos entró en 11 de los 13 parlamentos autonómicos en los que se celebraban elecciones y logró en torno a 1.500 concejales, un dato que permitió a Albert Rivera proclamar al partido como «la tercera fuerza municipal de España».

El discurso oficial puso el énfasis en «el éxito» que suponía la entrada en los parlamentos autonómicos, solo se quedó fuera en Navarra y Castila La Mancha. Pero era una valoración que enmendaba el propio discurso del partido en los últimos días, que marcaba la frontera del éxito o el fracaso en la capacidad del partido para condicionar la gobernabilidad.

La formación podría tener la llave del gobierno en cuatro regiones, algo que le reserva un papel protagonista en los próximos días. La plaza más importante será la Comunidad de Madrid, donde la popular Cristina Cifuentes y sus 48 diputados van a requerir del apoyo de los 17 diputados de Ciudadanos. Juntos suman los 65 diputados que determinan la mayoría absoluta. El PP también requerírá el apoyo de los de Rivera en los parlamentos de la Región de Murcia, La Rioja y Castilla y León.

Aunque Ciudadanos apelaba en los últimos días a «soñar» con poder ganar, la realidad detrás de los sueños recomendaba hacer una lectura algo más modesta de los posibles resultados. El partido se marcaba tres grandes objetivos para estas elecciones: superar a Podemos, poder gobernar en algún municipio importante y dotar al partido de poder institucional en los municipios catalanes. En ese primer objetivo ya se empieza a medir el relativo fracaso de Ciudadanos, que se vio superado por Podemos en todos los parlamentos autonómicos, salvo en la Comunidad Valenciana.

Además, sucumbió ante las «candidaturas de unidad popular» que el partido de Pablo Iglesias apoyaba en las principales ciudades. La victoria de Ada Colau (Barcelona en Común) y el contundente resultado de Manuela Carmena (Ahora Madrid) no solo entregan a la izquierda la supremacía del voto que apelaba al cambio político, sino que arrebatan a los de Albert Rivera la capacidad de ser fuerza condicionante en caso de que el PP o incluso el PSOE fuesen el partido mayoritario. La sensación en Ciudadanos es que, pese a la sintonía con Podemos en cuestiones referentes a la regeneración, las plataformas de izquierda buscarán el apoyo en los socialistas de manera preferente a la hora de buscar gobierno.

Las grandes ciudades

Ese segundo objetivo de poder gobernar algún municipio importante quedó descartado antes incluso de que comenzase el escrutinio. Bastó con los sondeos a pie de urna para descartar esa posibilidad. En la ciudad de Valencia, donde el partido tenía depositadas sus esperanzas, quedaron finalmente como tercera fuerza. La misma situación se reprodujo en Barcelona, donde el partido acabó en tercera posición, pero sin capacidad para ser decisivo en la gobernabilidad. Tampoco podrán ser determinantes en la capital de España, donde Begoña Villacís acabó en cuarta posición con siete concejales y sin capacidad para pactar ante la más que previsible alianza entre Ahora Madrid y el PSOE. No obstante, en su comparecencia, Albert Rivera puso mucho hincapié en los 1515 concejales que tendrá el partido en toda España.

En las grandes ciudades el partido ha logrado por tanto una representación importante, pero no podrá ser fuerza determinante tras ser ámpliamente superado por las candidaturas de unidad popular de la izquierda. No obstante, el PP volverá a depender de C’s en municipios como Santander, Logroño, Salamanca, León y Burgos.

El objetivo de echar raíces en los municipios catalanes parecía el más asequible de todos. Ciudadanos presentaba 89 listas municipales en su región de origen y solo se quedó sin representación en dos de ellas.. Sin saber todavía si Artur Mas convocará finalmente las elecciones autonómicas, y con la incertidumbre de si Albert Rivera liderará la candidatura regional, el partido necesitaba mejorar su presencia en la región.

La campaña no fue bien

Tras varios meses con el viento a favor de las encuestas, C’s ha vivido una campaña electoral llena de sobresaltos que apuntaban a un estancamiento, o incluso retroceso, en sus perspectivas electorales. Un escenario que finalmente se ha consumado. Desde la formación se esforzaron en los últimos días por negar que estuviesen sufriendo un desgaste y trataban de poner el acento en que iban a ser el partido que más iba a crecer en estas elecciones, algo prácticamente asegurado dado que su único rival en esa batalla podía ser Podemos y los de Pablo Iglesias no se presentaban con marca propia en las elecciones municipales.

Aunque desde la cúpula de la formación eran muy optimistas con vistas a a movilizar a la gran bolsa de indecisos que manifestaban intención de votar en estas elecciones, y que algunas encuestas cifraban en cerca del 40%. De su capacidad para atraerse a buena parte de ellos dependía que el partido mantuviese su tendencia al alza. Los resultados finales indican que su capacidad para hacerlo fue finalmente muy limitada.

Próxima estrategia

El partido entra ahora en un escenario de incertidumbre. Ha logrado emerger como cuarta fuerza política nacional en muchos puntos de España, logrando el tercer puesto en algunos puntos y el segundo en algunas plazas de Cataluña. Es el mensaje que quiere lanzar el partido. Que partían de cero y que todo crecimiento es ya de por sí un gran resultado. Sin embargo, el partido ha sido derrotado por las fuertes expectativas que había generado y que en cierta manera se había autoimpuesto.

No obstante, había entre los asistentes al cuartel general que estableció el partido para seguir la noche electoral quienes quisieron ver la botella medio llena. En el partido prima la estrategia de que todo sigue igual, y que en aquellos lugares donde la aritmética lo haga posible sus condiciones para apoyar investiduras se mantienen intactas.

Las primeras autocríticas todavía no han aparecido de forma clara, pero algunas voces empiezan a interpretar ahora que las irregularidades que se han conocido en las últimas semanas en algunos puntos del país por la rápida expansión del partido pueden haber pasado factura. Sin embargo, existe el convencimiento de que en las elecciones generales el papel que juegue Albert Rivera puede ser más determinante, y a eso se agarraban ayer en parte muchos integrantes del partido. En estos comicios se ha visto que la marca Ciudadanos ya es una realidad en España, pero la percepción de que el partido salió derrotado por las enormes expectativas que había generado parece inevitable.

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