Elecciones Andalucía 2022
¿Quién es Juan Espadas, candidato del PSOE en las elecciones de Andalucía?
Fue consejero con Chaves y Griñán y ahijado de Díaz. El exalcalde de Sevilla se reinventa de nuevo para reconquistar San Telmo
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Guía con todo lo que hay que saber para las elecciones en Andalucía del 19-J
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Juan Espadas (Sevilla, 1966) parecía predestinado para la política. El hombre llamado a redimir al PSOE andaluz de la traumática pérdida de la Junta de Andalucía vino al mundo hace 55 años en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas de Nuestro Redentor de Sevilla. Eso ocurrió, claro está, años antes de que el conocido como Hospital de la Sangre se convirtiera en la sede del Parlamento autonómico, adonde aspira a regresar el candidato socialista a colgarse la medalla de diputado. Él sueña con estrenarse como presidente de la Junta en las elecciones del 19-J, a desecho de unas encuestas que convierten esa meta en una quimera, incluida la del CIS, cocinada en los fogones del amigo Félix (Tezanos) que Espadas no se cree.
El candidato no es un recién llegado a la política aunque sea un interrogante para buena parte de los andaluces. Siendo un imberbe licenciado en Derecho con apenas 23 años, entró como interino en la antigua Agencia de Medio Ambiente, el embrión de la consejería del ramo, donde su padre trabajaba como conserje. Manuel Pezzi se fijó en este j oven criado en Miraflores –«un barrio obrero de Sevilla», como le gusta apostillar– y lo nombró su jefe de Gabinete como consejero de Medio Ambiente (1994-96) y de Educación (1996-97). Entre tanto, le dio tiempo para sacarse un máster en Política y Gestión Medioambiental y la diplomatura de Alta Dirección de Empresas . El gusanillo de la política no le picaría hasta 1997, cuando decidió afiliarse al PSOE.
Espadas, que entonces llevaba gafas y no peinaba canas, se curtió en altos cargos de la Empresa de Gestión Medioambiental S.A., Egmasa, bajo el padrinazgo político de Pezzi, al que luego hizo presidente del PSOE-A. Siendo viceconsejero de Medio Ambiente (2004-2008), su mujer, que había sido su novia de toda la vida y madre de sus dos hijos, fue contratada por Fernando Villén, el director de la Faffe, la fundación de empleo de la Junta investigada por enchufismo. Entre 2008 y 2010, fue consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio con Manuel Chaves y José Antonio Griñán, justo antes de saltar a la arena municipal.
La paciencia y resilencia (término ahora de moda) de este corredor de fondo, sus virtudes más notables, obtuvieron recompensa. Sus detractores, en cambio, lo retratan como «el yerno perfecto que toda suegra quisiera tener, pero le falta sangre, no despierta emociones ni a favor ni en contra». El caso es que, con sus virtudes y defectos, supo administrar la oposición frente a la mayoría absoluta alcanzada por Juan Ignacio Zoido en el Ayuntamiento de Sevilla en 2011. Logró desalojarlo de la Alcaldía en 2015 y revalidarla en 2019, cargo que prometió no ocupar más de ocho años, que al final se quedaron en seis y medio.
La paciencia y empeño son sus virtudes más notables. «Es el yerno perfecto, pero le falta sangre», comentan de él sus detractores
Como alcalde hizo de la necesidad, virtud. Sorteó los gobiernos en minoría pactando presupuestos con IU y Podemos o con Cs . Encaramado sin prejuicios al tren del pragmatismo, se labró un perfil de dirigente templado, moderado y sin aristas, un Juanma Moreno del PSOE.
Ariete de Sánchez contra Susana
Como su jefe, Pedro Sánchez, cuenta Espadas con su propio manual de resistencia para sobrevivir a las crisis y cambiar de barco si las cosas se ponen feas. La noche electoral del 2 de diciembre de 2018, estuvo acompañando a Susana Díaz cuando la presidenta y candidata a la reelección compareció ante las cámaras, para certificar que la Junta, con todo lo simbólico que ello implicaba, había dejado de ser suya tras 37 años.
Juan Espadas no dudó después en mover la silla a Díaz , que lo había patrocinado como alcaldable en 2011 para defenestrar a Alfredo Sánchez Monteseirín, pensando que iba a poder controlarlo. Pero Espadas decidió volar solo y prestarse a ser el ariete de Sánchez para echar a su jefa. Como un aplicado alumno, cumplió la misión encomendada y ganó a Díaz en las primarias gracias a apoyo de Ferraz. Primero la sucedió como candidato y, meses después, como secretario general del PSOE-A tras pactar con ella su retiro al Senado. Alérgico a los conflictos, no tuvo miramientos en borrar de las listas electorales a los afines a la exlideresa. Caprichos del destino: el susanismo acabó enterrado por un 'ahijado' de Susana Díaz, aunque él nunca perteneció a su círculo más estrecho.
Despejado el camino, ahora todos los focos los tiene puestos en recuperar la Junta. Se lo ha tomado como una carrera «a medio plazo». Sabe que lo tiene muy difícil en el primer asalto, pero él quiere seguir si logra aplacar las intrigas que van a crecer a su alrededor al día siguiente del 19-J si sus resultados no cumplen las expectativas.
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