El Ibex fue el peor selectivo europeo en 2015 al caer más de un 75 en el año
El Ibex fue el peor selectivo europeo en 2015 al caer más de un 75 en el año - EFE

El Ibex pierde más de 30.000 millones de capitalización desde las elecciones

Las entidades financieras son las más perjudicadas por las caídas en Bolsa desde los comicios generales tras ver rebajado su valor de cotización en 16.906 millones. El descenso afecta también a otros sectores regulados

MADRID Actualizado: Guardar
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La incertidumbre sobre el resultado de las elecciones generales celebradas el pasado día 20 de diciembre ha venido a castigar, aún más, al Ibex 35, que ya de por sí se encontraba en horas bajas, tras cerrar en 2015 uno de los peores ejercicios anuales entre los índices del Viejo Continente. En concreto, las compañías presentes en el selectivo español han perdido más de 30.530 millones de euros de capitalización bursátil -esto es, el valor en Bolsa de las compañías- desde la jornada previa a los comicios (el viernes 18 de diciembre). Ayer, además, el Ibex encajó un nuevo retroceso (-1,48%), tras iniciar 2016 con su peor arranque desde el año 1997, arrastrado también en parte por la inestabilidad de la economía china.

Es cierto que el último mes no ha resultado positivo para ninguno de los grandes parqués internacionales, pero también lo es que este retroceso se ha dejado notar con más intensidad en la Bolsa madrileña, que ha caído cerca de un 8,5% durante los últimos 30 días, por delante de los índices de referencia: el Ibex desciende durante este periodo, por ejemplo, dos puntos porcentuales más que Fráncfort, tres más que París y casi el doble que el Dow Jones estadounidense.

Prácticamente, todas las empresas españolas han retrocedido en comparación con la situación anterior a los comicios, con la excepción de Amadeus (cuya capitalización se incrementó un 0,8%), Acciona (1,4%), IAG (1,9%) y Arcelormittal (2,6%). El mayor perjudicado por los vaivenes que sufre el parqué español en estas últimas semanas ha sido el sector financiero y de seguros (Banco Sabadell, Bankinter, Mapfre, BBVA, Banco Santander, Bankia, Banco Popular, Caixabank), que ha experimentado los mayores descensos porcentuales. En su conjunto, ha visto cómo se han volatilizado 16.906 millones de euros de capitalización bursátil.

La entidad presidida por Isidro Fainé ha liderado los descensos de las firmas del Ibex 35, al perder un 15,3% de su valor bursátil (y ver rebajado su importe en el parqué en más de 3.200 millones de capitalización). Le siguen Popular (que se dejó un 12,3% y 861 millones de valor de cotización), Bankia (un 10,9% menos y 1.439 millones de capitalización) y el Santander (-9,9% y 6.726 millones).

Compañías más expuestas

Resulta lógico que la banca sea uno de los sectores más perjudicados tras los resultados electorales: los inversores tratan de anticiparse a la formación del nuevo Ejecutivo y hacen sus apuestas sobre la naturaleza e inclinaciones del partido que alcance La Moncloa. Por tanto, los primeros sectores en los que se comienza a descontar posibles medidas contrarias a los intereses empresariales -regulaciones restrictivas, anticompetitivas o, incluso, nacionalizaciones, como proponían no hace mucho formaciones políticas de extrema izquierda- son los más vulnerables a los cambios normativos. El devenir de entidades financieras, compañías de construcción y concesiones, energéticas e inmobiliarias se encuentra estrechamente vinculado a sus marcos regulatorios.

La mayor parte de los analistas coinciden en que los comicios han generado un escenario de inquietud en el que los inversores dudan sobre la capacidad de los partidos españoles para formar Gobierno dada la fragmentación del espectro político y, en el caso de que lo consiguieran, temen que un Ejecutivo en minoría parlamentaria no disponga de capacidad para continuar con las reformas estructurales.

«En España se abre una situación muy similar a la vivida en Portugal. Además, el gobierno que se establezca será de minoría, con menos capacidad para continuar con la misma intensidad los planes de reestructuración», señaló la firma de asesoramiento e intermediación bursátil Norbolsa en su último informe estratégico. Elocuente fue también el titular de portada del diario de referencia en la City londinense, «Financial Times», el día posterior a las elecciones generales: «España afronta la inestabilidad política después de los comicios»

El caso del sector de construcción y concesiones resulta parecido al financiero, por su fuerte dependencia regulatoria y presupuestaria de inversión en obra civil. Con la excepción antes señalada de Acciona, el desplome de la capitalización bursátil en estas empresas resulta generalizado. En cabeza se sitúa OHL, que como colofón a un año aciago en Bolsa -ha perdido más de un 70% de su valor durante los últimos doce mese arrastrada por los escándalos de su filial mexicana y una ampliación de capital en la que tuvo que aplicar un fuerte descuento sobre el precio de las acciones para asegurar su viabilidad- retrocede un 9,2% desde el 20-D. En total, las empresas del ramo (las dos citadas anteriormente más Ferrovial, Abertis, ACS, FCC, AENA y Sacyr) han visto reducida su capitalización bursátil en 1.524 millones de euros.

El caso más ilustrativo es el que presenta la sociedad gestora de los aeropuertos españoles, controlada en un 51% por el Estado. Las acciones de la compañía presidida por José Manuel Vargas, que se ha revalorizado en más de un 48% desde su salida a Bolsa el pasado mes de febrero, han retrocedido un 4,3% desde las elecciones (712 millones menos de capitalización). De hecho su caída se ha acelerado claramente en las últimas semanas: este porcentaje resulta muy superior al descenso registrado durante el conjunto del mes (-0,86%).

La privatización del 49% de AENA provocó un notable revuelo entre PSOE y Podemos. El primero, aunque no se pronunció claramente sobre qué medidas tomaría en el futuro si llegase al Gobierno, mostró su oposición al proyecto puesto en marcha por el Gobierno del PP para dar entrada a capital privado, mientras que la formación de Pablo Iglesias se comprometió a «desprivatizar» la sociedad si alcanzaba La Moncloa. Enagás y Red Eléctrica, empresas en cuyo accionariado el Estado también está presente (en menor medida) y que dependen de manera indisociable de la regulación sectorial, presentan descensos más moderados (3,1% y 3,5%, respectivamente).

Repsol, en niveles de 1997

La capitalización de Indra -en la que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, la Sepi, dispone de un 20,14% del capital- ha retrocedido un 9,5%, aunque su caso parece menos ligado a la situación coyuntural de la política española y más a su propia situación económica y la decisión de anular el pago de dividendos que adoptó el pasado mes de mayo. En los últimos tres meses ha perdido cerca de un 17% de su valor.

En todo caso, las caídas o subidas en Bolsa nunca -o casi nunca- se explican por una única causa, sino que deben interpretarse como una reacción ante el cruce de varios factores. Así, las energéticas (especialmente las vinculadas al petróleo), por su parte, viven instaladas en una crisis propia ligada al histórico desplome del precio del crudo. Repsol refleja nítidamente esta situación: desde el pasado 18 de diciembre se ha dejado cerca de 1.440 millones de capitalización (un 9,6% menos). El importe de sus acciones, castigado por la caída del precio del petróleo, ha alcanzado niveles no vistos desde hace 19 años. Ayer cerró la jornada bursátil en 9,686 euros, su importe más bajo desde el 3 de enero de 1997, cuando sus títulos se cambiaban a 1.585,7 pesetas (equivalentes a 9,53 euros).

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