EFE

Ganar competitividad

Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, cree que «hay que unir

las actividades tradicionales del mar con las emergentes para ganar potencial»

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La actividad económica de la industria pesquera de la transformación y comercio mayorista agrupa 575 empresas, que facturan 12.000 millones de euros al año. Más importante es el número de empleos directos generados, cifra que se acerca a los 28.300. Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que nuestra industria pesquera se encuentra en una buena posición para afrontar los retos de los próximos años, mostrando una actividad económica en progreso y un dinamismo que la hacen estar presente en un considerable número de mercados internacionales. Para ilustrar esta afirmación, y sin extenderme en cifras, podemos comprobar cómo nuestra industria de conservas exporta sus productos a más de 115 países, habiendo supuesto el año pasado un record en producción, exportación y contratación.

Con respecto a la generación de empleo, que constituye nuestro principal objetivo, el sector de la conserva incrementó su contratación en un 5% en 2016, después de cuatro años seguidos de crecimiento del empleo. El Gobierno, y concretamente, el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, se comprometió en la anterior legislatura a potenciar el desarrollo equilibrado y sostenible de nuestra industria pesquera.

«Nuestra industria de conservas exporta sus productos a más de 115 países en todo el mundo»

Así, en el año 2014 pusimos en marcha, en primer lugar, el plan estratégico de innovación y desarrollo tecnológico. En segundo lugar, impulsamos el programa nacional de trazabilidad. En 2015 elaboramos el real decreto por el que se regula la primera venta de productos pesqueros y el plan de igualdad de género. En síntesis, hemos apoyado, por una parte, el impulso al desarrollo económico, dirigido fundamentalmente, hacia la innovación y el desarrollo tecnológico, como motores de adaptación de las empresas a los nuevos retos, tecnológicos y económicos, procedentes de un mercado de consumo en rápida y continua evolución. En segundo lugar, hemos asumido el compromiso de ofrecer a los consumidores una información clara y sencilla sobre los productos que se ofrecen por parte de las empresas del sector, mediante la garantía de trazabilidad de dichos productos.

La importancia de los aspectos sociales constituye el tercero de los grandes retos a los que hemos querido dar respuesta y, de ahí, el trabajo realizado para dotar al sector, por vez primera, de un plan de igualdad de género.

Con estos ejemplos he querido ilustrar las líneas básicas de actuación que permitirán ofrecer un marco estratégico para el desarrollo de la industria pesquera.

La estrategia de competitividad

En la actual legislatura, redoblaremos los esfuerzos trabajando en diversas líneas que ya tenemos preparadas. Analizando los retos que nos depararán los próximos años, destaca de manera notable la necesidad de aprovechar la estabilidad económica que hemos alcanzado, fruto del sólido trabajo que en este ámbito se realizó durante la pasada legislatura.

Con este fin, estamos desarrollando una estrategia de competitividad para el sector. El objetivo, entre otros, es ofrecer a las empresas un amplio abanico de posibilidades de financiación, creando nuevas herramientas, como el instrumento financiero del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca, o potenciando otras fuentes de financiación ya existente pero no son suficientemente empleadas.

Íntimamente ligada con esta estrategia, hemos puesto en marcha una estrategia social que permitirá dar respuesta a las demandas del sector y de la sociedad en ámbitos como las condiciones de trabajo, salud y seguridad, la formación y la igualdad entre mujeres y hombres.

Finalmente, unas palabras sobre el reto que supone la globalización. Considero que nuestro sector se encuentra en una muy favorable posición para afrontar este reto con éxito. Para ello, hemos diseñado una tercera estrategia en el ámbito de lo que conocemos como crecimiento azul.

Esta estrategia supone un importante esfuerzo de integración de políticas, hasta el momento dispersas. Al reunirlas bajo un mismo concepto, lograremos una mejor comprensión del impacto que, sobre un entorno geográfico determinado, pueden producir. Esta comprensión producirá sinergias entre los distintos gestores y mejorará la capacidad de generar nuevas ideas. Esta estrategia parte de la oportunidad económica que representan los océanos si unimos las actividades tradicionales, como la pesca, la construcción de buques, el transporte o el turismo, con las actividades emergentes, como la acuicultura offshore, la explotación de recursos energéticos de aguas profundas, las energías renovables o los nuevos sectores bioeconómicos. Para desarrollar este potencial, se debe considerar las implicaciones económicas y ambientales que tienen todas estas industrias al incidir en un mismo medio.

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