Especial Asamblea General de AECOC

«Hay que evitar que la regulación sea otra carga para las empresas en este delicado momento»

Ignacio González, presidente de la asociación de gran consumo AECOC, comparte los objetivos de las administraciones en materia de sostenibilidad, pero reclama una mayor escucha ante las regulaciones y la velocidad de su aplicación

JUAN CARCLOS VALERO

El sector de gran consumo se reivindica clave en la recuperación de la economía por su peso del 25% en el PIB y por su volumen de empleo. Ignacio González, presidente de la asociación AECOC, que agrupa a más de 32.000 empresas fabricantes y distribuidoras, asegura que el sector comparte los objetivos de las administraciones en materia de sostenibilidad, pero reclama una mayor escucha ante las regulaciones y la velocidad de su aplicación. El viernes AECOC celebra en Barcelona su asamblea anual en un contexto de máxima complejidad.

—¿Cuáles son los principales desafíos en este escenario?

–Salíamos de una tormenta perfecta y con una guerra en Europa se eleva al cuadrado la complejidad del escenario, que ya era VUCA: volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. La cercanía del consumidor y la capacidad de escucha del sector marcan la hoja de ruta para ofrecer los mejores productos y servicios sin tensionar más la cadena y al consumidor, que ya lo pasa mal. Es un equilibrio complejo.

—¿Se ha resuelto el desabastecimiento de algunos productos por la guerra?

–Por segunda vez, la cadena ha demostrado su capacidad de resistencia y eficiencia. El principal problema fue la compra de acaparamiento pese a que tratamos de transmitir calma, pero no se han producido grandes dificultades. El sector trabajó para tratar de ofrecer siempre alternativas al consumidor.

—¿Cómo han afectado los paros del transporte?

–Se produjo en el peor momento posible y ha ocasionado pérdidas de 130 millones de euros diarios solo en las tiendas, mientras que en fabricación y sector primario es más difícil de calcular, porque se produjo destrucción de producto, sobrecoste logístico y cierre de plantas. Toda reivindicación es legítima, pero lo importante es cómo se formula y respetar los derechos de todos. Desde AECOC seguimos apostando por el diálogo. El transporte ha supuesto más riesgo para la cadena que la pandemia y la guerra.

«El paro en el transporte supuso más riesgo a la cadena de suministro que la pandemia y la guerra»

—El IPC de marzo fue del 9,8%, récord en 37 años. ¿Es el peor momento?

–La continua escalada de precios nos sitúa en un escenario muy difícil. Es imprescindible que se tomen medidas para que sea de verdad coyuntural y no se convierta en una bola de nieve.

—¿Cómo evitar la estanflación?

–Si el incremento de costes se indexa a los salarios y no elevamos la productividad, la dinámica inflacionista nunca acabará. Para evitar la estanflación es imprescindible preservar el empleo, porque así se activará el consumo y la rueda de la economía girará. También se ha deteriorado la confianza del consumidor, porque las crisis acaban cuando el consumidor piensa que se han acabado. Por eso no deben subir los impuestos, sean directos o indirectos.

—¿La productividad es asignatura pendiente?

–La pérdida de productividad es muy superior a la de los países que nos rodean y España, lamentablemente, lidera el descenso desde 2018. La caída media europea en los últimos años es del 3,9%, pero España la eleva al 7,6%, lo que supone que destruimos productividad el doble de rápido que nuestros competidores. Por eso generamos menos PIB con igual o superior empleo que antes del Covid, con el agravante de que la mayoría es público.

—¿Es imprescindible un acuerdo de rentas al estilo de los Pactos de la Moncloa de 1977?

–El Banco de España ya ha advertido del efecto perverso de una segunda vuelta de la inflación si los incrementos se trasladan directamente a los salarios, porque elevar también esos costes atacará el empleo, al ser insostenibles para las compañías y la economía en el corto y medio plazo.

«La recuperación económica no es tan fuerte como para aguantar más impuestos»

—¿Es imprescindible un acuerdo de rentas al estilo de los Pactos de la Moncloa de 1977?

–Dado su peso, es arriesgado dejarlas fuera para evitar ese efecto de bola de nieve.

—¿Qué otras medidas se deberían adoptar?

–Conviene recordar la importancia de los fondos Next Generation para impulsar los desafíos de la sostenibilidad y digitalización. Y debe escucharse a sectores motores de la economía como el gran consumo, la hostelería y el turismo. Hay que evitar que en estos momentos en que la recuperación es tan delicada, se produzcan regulaciones como la ley de residuos, que supone una nueva carga para las empresas con la traducción de que más inflación ponga en riesgo el empleo. Más impuestos pueden poner en riesgo la recuperación.

—¿Qué espera de los fondos Next Generation UE?

–Seguimos pensando que son una gran oportunidad para el sector de gran consumo, con el requisito de que lleguen al mayor número de empresas y que se empleen en proyectos con viabilidad. Hemos abierto con FIAB una oficina para canalizar esos fondos y garantizar que lleguen especialmente a las pymes.

—¿Es sostenible la nueva regulación de Sostenibilidad?

–El compromiso del sector con el desarrollo sostenible es total y viene de lejos. Llevamos años trabajando en la preservación del medio ambiente. Pero hay normativas duplicadas, en muchos casos divergentes y cuya aplicación supone una velocidad inasumible. Por si fuera poco, algunas rompen la unidad de mercado y elevan aún más los costes.

—¿Se refiere a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados?

–Sí, eleva las exigencias europeas, traslada más costes a las empresas con el peligro de lastrar la competitividad. Y encima acorta los plazos. Y todo eso se exige en el peor momento, cuando tanto administraciones como nuestro sector estamos de acuerdo con los objetivos. El problema son las velocidades y los arriesgados caminos que se toman en este momento de recuperación. Necesitamos escucha para compartir el camino y la velocidad.

—¿Facilitará la supresión del IVA la donación de productos?

–Llevábamos mucho tiempo luchando por conseguirlo. Es un logro que esperamos permita aumentar las donaciones a las oenegés. Hasta ahora, resultaba más oneroso para una compañía hacer una donación que destruir producto, lo que resulta absolutamente absurdo.

—¿Se avanza en eliminar el desperdicio alimentario?

–Desde AECOC llevamos trabajando desde 2012 de forma voluntaria para reducirlo. Hoy desperdiciamos la mitad que hace una década. La pandemia ha empeorado un poco la situación por la falta de voluntarios y que algunos centros cerraran, lo que dificultó la donación y distribución. Hoy se está recuperando.

—¿Cómo responder a un consumidor que se ha vuelto más exigente e impaciente?

–Lo único que no cambia es el constante cambio. Lo que ha pasado en los últimos dos años lo ha acelerado. Además de intensificar la apuesta por la transformación digital y la sostenibilidad, en las tiendas se trabaja para mejorar la experiencia de compra y los fabricantes la innovación. El sector de gran consumo tiene la gran ventaja de ver casi a diario al consumidor y eso le da una situación de privilegio para entender las tendencias. Hemos demostrado nuestra capacidad de reinvención gracias a esa proximidad, que es un tesoro. Y porque escuchamos bien.

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