Especial Infraestructuras

Las empresas españolas construyen el mundo a la espera de la recuperación interna

El 75% del negocio de los gigantes de las infraestructuras está en el exterior, pero el mercado doméstico no despega por la inestabilidad política y la falta de un modelo de colaboración público-privado

Las empresas españolas realizan grandes infraestructuras en todo el mundo ABC

Javier Gómez

Entre la diversidad de datos de los informes anuales de las grandes compañías españolas dedicadas a la construcción de obra pública y a las infraestructuras en general subyace uno que ha marcado, un ejercicio más, la tendencia que venía confirmándose en los últimos años: de los más de 62.600 millones de euros facturados entre ACS, Acciona, FCC, Ferrovial, Sacyr y OHL , más de un 75% provinieron de sus negocios en el extranjero, más de 47.000 millones de euros.

La realidad internacional sigue imponiéndose en la cuenta de resultados de estas corporaciones, como consolidación de una tendencia imparable que comenzó de forma incipiente antes de la crisis económica, y se confirmó como alternativa en los peores años de la recesión nacional y sigue su camino con la recuperación interna.

«La internacionalización es un hecho irreversible y hay que asumirlo sin ningún tipo de traumas», explica Miquel Rodríguez, director del Centro de Colaboración Público Privada del IESE. Este experto explica que las constructoras han salido a buscar negocio, solas o en consorcio, en países con un «grado medio-alto de estabilidad institucional, en los que no cambie, de forma repentina, el escenario legal». Y en segundo lugar, Rodríguez destaca cómo «las corporaciones españolas también buscan territorios donde sus gobernantes tengan voluntad de apostar por las infraestructuras públicas y por la colaboración con el sector privado». En este sentido también se pronuncia Xavier Mendoza, profesor de Esade y director del Observatorio de la Empresa Multinacional Española (OEME): «El de la construcción es un sector muy sensible al riesgo país» , explica. Por eso, las empresas «buscan balancear la necesidad de obtener rentabilidad en sus negocios junto a un nivel de riesgo adecuado», afirma este experto.

Iberoamérica y EE.UU.

Con todos estos mimbres, los puentes, autopistas, aeropuertos, canales, tranvías o vías de trenes de alta velocidad llevan el sello originario español por todo tipo de países, con hitos como las actuaciones en la ampliación del Canal de Panamá , la alta velocidad en Arabia Saudí, etc.

Entre los territorios donde más implantación tienen las empresas constructoras destaca, por razones culturales e históricas, Latinoamérica, con claros ejemplos de estabilidad institucional como Chile. Y emergen muchos proyectos en economías donde se ha asentado la tranquilidad para las empresas, como Colombia, Perú, Panamá o Ecuador. «Hay mucha estabilidad y una gran apuesta por la colaboración con las empresas», indica Rodríguez, que resalta el papel de instituciones como el Banco Interamericano de Desarrollo , que avala proyectos y aporta financiación. Al mismo tiempo, queda trabajo por hacer en torno a territorios susceptibles de mejor colaboración entre países como Brasil, Argentina o México.

El trabajo del sector en los 80 y los 90 en España fue decisivo para este liderazgo

Otra de las áreas económicas donde las infraestructuras españolas se han asentado ha sido en Estados Unidos y Canadá. En el primer caso, sobre todo, después de que su presidente, Donald Trump, anunciara el año pasado su plan de infraestructuras, con el que aspira a movilizar 1,5 billones de dólares para los próximos años. Las empresas han conseguido sacar proyectos adelante en todos esos territorios gracias a evidencias como «una reputación muy alta (según Mendoza), debido al esfuerzo que se hizo en España en materia de infraestructuras en los años 80 y 90 » y que supusieron un impulso a su tecnología, actividad y forma de negocio. Tienen el ‘‘know how’’ para asumir ahora proyectos que son muy complejos en cualquier parte del mundo». El profesor de Esade también considera cómo las compañías han desarrollado «todo tipo de técnicas complejas que no todas las constructoras de otros países pueden tener, así como una gestión muy buena de las subcontratas, al establecer contratos diferentes por tramos con compañías que trabajan en paralelo dentro de un mismo proyecto». Por ello, las grandes compañías se especializan en la concurrencia en concursos públicos, al saber cómo colaborar estrechamente con las administraciones con las que operan.

España espera

Todas estas variables, y el indudable efecto de la crisis económica, han implicado que el peso del negocio de España, donde se formaron realmente, sea cada vez menor. En opinión de Miquel Rodríguez: «Los ratios de inversión de estas empresas en España son bajos porque aún arrastramos los efectos de la crisis, pero también por la inestabilidad política de los últimos años, que no permite poner en marcha grandes infraestructuras». En efecto, la prórroga de Presupuestos, en algunos ejercicios, ha impedido la licitación o ejecución de buena parte de los proyectos de obra pública de carreteras, ferrocarriles, aeropuertos, puertos y gestión del agua previstos en años anteriores y que el sector considera muy necesarios. Aún más si se vertebra un eficiente modelo de colaboración público-privada.

En su último informe al respecto, la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras, Seopan , y la compañía de ingeniería y construcción Sener han seleccionado 814 proyectos prioritarios de infraestructuras con 103.780 millones de euros de inversión, centrado en cuatro áreas prioritarias; agua, medio ambiente, transporte y urbanismo, que generarían 994.120 empleos, 78.907 millones de euros de actividad económica inducida y 50.851 millones de retorno fiscal. Al tratarse de inversiones que se encuentran, o lo han estado en el pasado, en fase de planificación, su ejecución podría ser abordada entre 2017 y 2021, aunque la parálisis política hace imposible, por ahora, su ejecución.

El informe de Seopan «Análisis de la inversión en infraestructuras prioritarias en España» indica que la justificación de las inversiones obedece, para las infraestructuras de agua y medio ambiente, a criterios de cumplimiento de los hitos temporales impuestos por las directivas y, para las de transporte y urbanismo, a criterios de rentabilidad social atendiendo a su coste-beneficio, según la metodología utilizada por la Comisión Europea .

Las seis grandes constructoras españolas acumulan una cartera de pedidos pendiente de ejecutar que supera los 165.000 millones de euros

En infraestructuras de agua, se proponen hasta 510 actuaciones prioritarias de 12.014 millones de euros de inversión repartidas en 15 tipologías de obras hidráulicas; el 38% de las actuaciones son de naturaleza básica, obligadas por la normativa.

Se plantean, además, 32 actuaciones prioritarias de 6.522 millones de euros de inversión en infraestructuras de medio ambiente, centradas en el tratamiento de residuos municipales.

Los objetivos de porcentaje de materia biodegradable y prohibición de depósitos en vertedero de residuos sin tratar se están incumpliendo, lo que provocó que, en julio de 2015, la Comisión llevara a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea para la adopción de medidas correctoras. Por último, se presentan 272 actuaciones prioritarias de 85.244 millones de euros de inversión, repartidas en siete tipologías de obras de infraestructuras de transporte terrestre centradas en mercancías y logística (51 kilómetros), accesibilidad a ciudades (1.066 km.), redes secundarias (460 km.), gestión de capacidad (3.762 km.) y movilidad urbana (144 km.).

Previsiones de futuro

Las seis grandes constructoras españolas acumulan una cartera de pedidos pendiente de ejecutar que supera los 165.000 millones de euros . Una cifra que, situada en contexto, supone más del 13% del PIB español , valorado en 1.206.878 millones de euros. Por otra parte, y según las últimas previsiones de la Comisión Europea, la inversión en construcción crecerá en 2019 a un ritmo medio del 2,7% en el conjunto de países de la UE. Esta cifra confirma que habrá una nueva desaceleración, aunque leve, de la inversión en construcción durante 2020 (en 2017, el promedio había llegado a un 4,5%, reducido a un 3,1% durante el año 2018).

Por otra parte, en su documento estadístico «2018: Licitación de Concesiones y Licitación Pública», Seopan destaca cómo la licitación en concesiones en 2018 ha caído hasta un -99% desde el 2010 (máximo histórico), pasando de los 10.495 millones de euros a los 97 (en otro informe, presentado este mismo mes junto con Sener, «Infraestructuras al servicio de la movilidad: Ejemplos de su impacto económico y beneficio social», pone el foco en la Comunidad de Madrid).

Las mayores tasas de aumento en 2019 corresponderán a Hungría (13,6%), Chipre (12,3%), Irlanda (10,8%) y Grecia (10,5%). Eslovenia se quedará levemente por debajo del 10%, mientras que las cifras ya bajan al 6,2% en Polonia y al 5,3% en Rumanía. Una serie de países, entre ellos España, crecerán por encima del 4%, con un incremento en construcción previsto por la Comisión del 4,2% en 2019, claramente por encima de la media de la UE, pero por debajo de la tasa del 5,8% prevista para España en 2018 (la CEOE instó este mismo mes a los partidos políticos a que tengan en cuenta, de cara a las próximas elecciones generales, cómo España debe superar este índice de inversión en infraestructuras por habitante). Dinamarca y Lituania compartirán un 4,1%, mientras que los Países Bajos registrarán un 3,7%. Luxemburgo (3,2%), la República Checa (2,9%) y Alemania (2,8%) superarán la media europea, al tiempo que Estonia se queda justo en el 2,7%.

En todo caso, las infraestructuras se convierten, en el ámbito interno, en una asignatura pendiente, con despliegues ferroviarios, avances en la movilidad sostenible, infraestructuras del agua, etc. por hacer. Así se debatirá, con especial énfasis en el transporte, en el XI Encuentro del Sector de Infraestructuras «Situación actual y perspectivas del sector de las Infraestructuras de Transporte», organizado por ABC y Deloitte el 9 de abril, con la asistencia prevista, en el discurso de apertura, de José Luis Ábalos, ministro de Fomento. Ideas para construir el futuro.

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