La división política de Italia lleva la crisis de Atlantia al límite

El M5E redobla su presión para dejar al principal accionista de Abertis sin sus concesiones de autopistas

Vista de los restos del puente Morandi, correspondiente al 15 de agosto de 2018, que se derrumbó en Génova (Italia) EFE/Luca Zennaro

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Las autopistas italianas se han convertido en una cuestión electoral de primer orden, creando profunda división en el gobierno y con repercusión internacional. La suspensión de la concesión de las autopistas que gestiona Autostrade per l’Italia, filial del Grupo Atlantis, controlada por la familia Benetton (y principal accionista de Abertis), es una gran bandera electoral que lleva ondeando el Movimiento 5 Estrellas durante casi 17 meses, justamente desde el derrumbe del Puente Morandi de Génova , en agosto 2018, una catástrofe que conmocionó al país causando 43 muertos.

La sociedad Autostrade gestiona 3.024 kilómetros de autopistas en Italia y cuenta con 7.300 trabajadores. Luigi Di Maio, jefe político del Movimiento y ministro de Asuntos Exteriores, en la primera declaración pública del año por parte de un líder político, lanzó un duro ataque a la familia Benetton y planteó la exigencia de la «inmediata suspensión» de las concesiones. Según Di Maio, de la nueva gestión se encargará la empresa pública ANAS , que «procederá a rebajar el peaje de las autopistas». ANAS gestiona buena parte de las autopistas y carreteras italianas –un total de 21.000 kilómetros–, con 6.000 trabajadores. Fue creada en 1928 y está integrada en la Red de Ferrocarriles del Estado.

Batalla judicial a la vista

El ejecutivo de Giuseppe Conte aprobó antes de fin de año un decreto ley para que la eventual indemnización no significara un coste para el Estado de 23.000 millones de euros como está fijado en el convenio de la concesión de las autopistas, cuya caducidad está fijada para el año 2038. En cualquier caso, si se revoca la concesión, se entablará una batalla judicial precisamente sobre el coste de la indemnización . No hay unanimidad en el gobierno sobre necesidad de suspender las concesiones al grupo Benetton.

Por ejemplo, Italia Viva, el partido que fundó Matteo Renzi y que forma parte de la coalición del gobierno junto al Movimiento 5 Estrellas y el Partido Democrático, se ha alineado con la Liga de Matteo Salvini en su oposición a que se revoque la concesión. Renzi cree que en juego está también la credibilidad de Italia : «Castigar a quien se ha equivocado sobre el Puente Morandi o en otras partes es sagrado. Pero es absurdo hacer leyes improvisadas que quiten al país credibilidad internacional y hagan huir a los inversores internacionales. Si jurídicamente se dan las condiciones para la suspensión de las concesiones lo deben decir los técnicos, no los demagogos». Accionistas de Atlantia (bancos, fondos y los Benetton) consideran, como ha dicho Renzi, que revocar la concesión tendría un efecto desastroso para la imagen de Italia, con repercusión en la inversión.

Autostrade está haciendo todo lo posible por evitar que le sea revocada la concesión y ha hecho propuestas al gobierno. A juicio de la ministra de Infraestructuras, Paola De Micheli, vicesecretaria del Partido Democrático, no son suficientes: aparte de los 600 millones que pagará Autostrade para la reconstrucción del Puente Moradi , «los ciudadanos deben obtener un ahorro en los peajes», ha dicho la ministra. El jefe del gobierno Giuseppe Conte, De Micheli y el partido Democrático son partidarios de negociar con Autostrade, mientras que el Movimiento 5 Estrellas se muestra intransigente: según Luigi Di Maio, el único camino es revocar la concesión.

Su presión es muy fuerte y tiene un claro motivo electoral: el 26 de enero hay elecciones en la región de Emilia-Romaña , donde el Movimiento 5 Estrellas parece en caída libre. Los sondeos le conceden un porcentaje de votos entre el 5 y el 9%. El ministro de Exteriores considera que si logra que se revoque la concesión de las autopistas a los Benetton podría mejorar el humillante resultado que hoy se le pronostica en la próxima cita electoral. Di Maio, cuyo liderazgo es cada día más discutido en el Movimiento, necesita además esa inyección de imagen populista para compactar el M5E y evitar el incesante abandono de parlamentarios de su grupo.

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