El Congreso limita la desregulación financiera que pretendía Trump

Aprobada una reforma de la «Ley Dodd-Frank» que sólo afecta a la banca pequeña y mediana

La Ley eleva el mínimo de activos para someterse a los test de estrés, de 50 millones a 250 millones, lo que obliga sólo a las doce grandes entidades

Donald Trump, presidente de Estados Unidos AFP
Manuel Erice Oronoz

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La profunda reforma financiera que pretendían Donald Trump y un sector de la mayoría republicana se ha quedado por el camino. El Congreso de Estados Unidos ha aprobado definitivamente un texto muy alejado de la pretensión inicial del presidente, quien desembarcó en el Despacho Oval con la idea de dinamitar las regulaciones que había impuesto Barack Obama para salvar un sector herido de muerte por la crisis financiera y evitar futuras debacles. En última instancia, la reforma de la llamada «Ley Dodd-Frank» afectará sustancialmente a las entidades medianas y pequeñas, para las que se suprimen las principales regulaciones. Pero la gran banca, la que fue causante de la burbuja hace ahora diez años, seguirá sometida a un control muy similar.

La tramitación de la nueva ley, que partió con aspiraciones de la Casa Blanca de liberalizar al máximo el sector financiero , ha ido suavizando su contenido los últimos meses, fruto de la negociación entre republicanos y demócratas, hasta una norma final mucho más cercana a la que se encontraba en vigor desde 2010. En uno de los pocos casos que se han registrado este mandato, la mayoría de congresistas validaron en la Cámara de Representantes un consenso bipartidista, con 258 votos a favor y 159 en contra. Fruto del cual, los poderes de emergencia que se reservaba el Gobierno Federal, y las restricciones derivadas de ellos, se mantienen intactos en la nueva ley.

Provisiones anuales

Prueba de que la nueva legislación apenas cambia en sus regulaciones a la gran banca, una excepción a la regla que se ha dado Trump de desmontar el legado de Obama, es la exigencia a las entidades de dotar provisiones cada ejercicio , en prevención de futuras burbujas. Además, serán sólo las grandes entidades financieras las que se vean obligadas a someterse a los llamados test de estrés, que realiza periódicamente la Reserva Federal . La nueva ley eleva de 50 a 250 millones de dólares en activos el mínimo para someterse a las pruebas. En la práctica, el número de bancos llamados a pasar examen se reducirá de 38 a los 12 de mayor volumen en Estados Unidos.

La nueva norma también supondrá una ayuda para el margen de las pequeñas entidades financieras a la hora de promover nuevas actividades inversoras con fondos privados. Los bancos con menos de 10 millones de dólares en activos quedarán exentos de las restricciones que impone la llamada «Volckler Rule».

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