El Ibex 35 se deja un 2,55% y cae a mínimos de los últimos siete meses

La Bolsa española ha perdido este jueves un 2,55% y se ha establecido en 8.683 puntos –mínimos desde agosto de 2019– afectada por la caída de la banca y de los mercados internacionales por el temor a que la epidemia de coronavirus provoque una desaceleración profunda de la actividad económica y nuevas rebajas de los tipos de interés.

El Ibex 35 , índice de referencia de la bolsa española, rompe así tres sesiones al alza y amplía las pérdidas anuales al 9,07%. Los inversores han apostado por recoger beneficios después de ganar en los días previos de esta semana cerca del 2,5% en previsión de un empeoramiento económico y de que los bancos centrales dispongan de más medidas de estímulo monetario que perjudicarían al negocio de la banca, sector con gran peso en la Bolsa nacional.

Todos los grandes valores terminaron con pérdidas: Banco Santander cayó el 5,1%, la tercera mayor bajada del Ibex, con BBVA a continuación y un descenso del 4,69%; Telefónica cedió el 3,53%; Inditex el 2,02%; Repsol el 1,94% e Iberdrola el 1,21%.

Las Bolsas europeas, que habían abierto en verde impulsadas por la fuerte subida de Wall Street de ayer (4,53%), se han dado la vuelta con rapidez y han cerrado en rojo. Así, París ha caído un 1,90%; Fráncfort, un 1,51%; Londres, un 1,62% y Milán, un 1,78%.

En la sesión de este jueves destacan las caídas de las compañías aéreas y de los bancos, en el primer caso por el impacto del coronavirus en el transporte y en el segundo por las peores perspectivas macroeconómicas y por las bajadas de los tipos de interés, que reducen los márgenes de las entidades financieras

De acuerdo con la analista de Renta 4 Nuria Álvarez Añibarro, el descenso del sector se debe a que se espera un menor crecimiento económico y a «los anuncios que está habiendo por parte de los bancos centrales de reducción de tipos y la expectativa de nuevas medidas». En su opinión, esos movimientos resultan negativos para el sector financiero, que también tiene que soportar los mínimos de la deuda y el menor crecimiento económico esperado, «con un mercado que ya habla de posible recesión en economías como Estados Unidos».

En consecuencia, «la perspectiva de menor crecimiento económico también frena el negocio bancario (menor demanda de crédito, menores operaciones corporativas, menor inversión por parte de las empresas, etc…)» y su cotización resulta castigada.