«Banco Popular es un avión que voy a estampar contra el BCE»

La caída de Banco Popular dejó por el camino a cientos de miles de accionistas y bonistas. El 7 de junio de 2017 la entidad fue adjudicada por Europa a Banco Santander por un euro. Un precio simbólico, que llevó consigo la necesidad de acometer una ampliación de capital de más de 7.000 millones para digerir el banco. Pero su quiebra no ocurrió de la noche a la mañana; y eso precisamente es lo que se investiga en la Audiencia Nacional. El caso Popular está, teóricamente, en uno de sus últimos tramos de la instrucción. Los expresidentes Ángel Ron y Emilio Saracho están en el punto de mira, y las últimas declaraciones de testigos devuelven a este último al foco de la actualidad.

Saracho tomó posesión de su cargo el 20 de febrero de 2017. Aunque lo hizo presuntamente sin voluntad de gestionar el banco. Así se desprende de la testifical del por entonces director de Comunicación, Carlos Balado. Este dijo la semana pasada al juez que el ex primer ejecutivo asimilaba el Popular a un avión que sobrevolaba las copas de los árboles y que iba a «estamparlo» contra el Banco Central Europeo (BCE) . Concretamente, contra Danièle Nouy, expresidenta del consejo de supervisión. Tal como publica hoy ABC, el exdirigente se reunió con el propio BCE tres semanas después de tomar posesión y les dijo que solo había tres opciones: vender, ampliar capital o resolver la entidad.

En unos términos similares se pronunció el también expresidente Ángel Ron cuando fue a declarar a la comisión de investigación del Congreso de los Diputados . «En reuniones conmigo admitía no saber de banca minorista, que no sabía ni venía al banco a gestionar, que él sabía cómo crear valor, que haría una operación a bajo precio que cerraría en seis meses y que si en julio no lo lograba montaría una tómbola», afirmó. Fue ahí cuando surgió la primera referencia a que Saracho utilizaba la amenaza de que quería «estrellar» el banco contra el BCE.

Asimismo, de esta declaración se desprende que Saracho no quería hacerse cargo del banco, que no conocía los entresijos de la entidad y que le entregaría las llaves al regulador . Balado desveló que su exjefe decía que fue un error hacerse cargo de este «avión», que supuestamente le cayó en los pies y tuvo que recogerlo. El entonces director de Comunicación relató al juez las escasas ganas de Saracho por ponerse al tanto del banco, al tiempo que le contaba cómo este desconfiaba de la gestión que se estaba haciendo en el banco. Los encontronazos entre ambos -y también con el consejero delegado Pedro Larena- eran constantes.

Por ejemplo, tras tomar posesión, Saracho le pidió a Balado que le redactara un discurso. El texto no fue de su agrado y se inició una de las primeras broncas entre ambos . Así, mientras que el equipo gestor pensaba que la entidad podía ser independiente, el expresidente estaba convencido, presuntamente, de que no podía continuar en solitario, según consta en la testifical. Pidió a su equipo que despertara y sacaran esa idea de la cabeza, echando la culpa a su antecesor, Ángel Ron, de haber dejado la entidad en los huesos. Al mismo tiempo, las noticias que se sucedían sobre el banco, con activos improductivos por 36.000 millones procedentes del ladrillo, el ataque de los bajistas y la fuga de depósitos iban mermando cada vez más su viabilidad.

Más allá de ello, por la Audiencia Nacional también han pasado grandes personalidades como el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV); el entonces ministro de Economía y actual vicepresidente del BCE, Luis de Guindos; o la presidenta de Banco Santander, Ana Botín.